La Virgen del Pilar reunió el jueves a miles de personas que quisieron entegarle sus flores y, aunque siempre se ha perfilado como el gran día de las fiestas, la Ofrenda de Frutos que la sucede no se quiso quedar atrás. Con el cielo cubierto de nubes que no llegaron a descargar y una Virgen repleta de ramos dio comienzo una celebración que tiene una cita el 13 de octubre y a la que acuden miles de aragoneses desde hace ya 53 años.

La Ofrenda de Frutos inició su marcha a las 11.00 horas encabezada por el Grupo Aragonés El Pilar, que salió desde la Plaza de Santa Engracia y recorrió el Paseo Independencia, Coso y la Calle Alfonso hasta llegar a la Basílica del Pilar. Tanto aragoneses como personas procedentes de otras regiones se agolparon en las vallas en busca de buenas vistas.

Nadie quiso perderse la celebración de una ofrenda por la que marcharon cerca de 2.000 personas en 64 grupos (primero las casas regionales y después grupos de otros pueblos y asociaciones culturales) que entregaron más de 8.000 kilos de alimentos a la Virgen y donde la Casa de Melilla participó por primera vez. Los alimentos, como viene siendo habitual, fueron distribuidos posteriormente entre distintos centros sociales de la ciudad.

Dos ofrendas DISTINTAS // «Llevo un montón de días sin dormir pensando en la ofrenda» contó Ricardo, que salió con muchos otros vecinos representando al municipio de Borja. Los alimentos que llevó a la Virgen eran propios de la localidad, como vino, aceite y hortalizas.

Conchita vino del municipio de Mezalocha y aseguró que para ella la Ofrenda de Frutos era incluso «más bonita» que la Ofrenda de Flores porque tenía «la ocasión de entrar al Pilar y los municipios eran mencionados». Era el primer año de la alcaldesa de Mezalocha, Yolanda Martínez, que aseveró que era «un orgullo» poder salir en la celebración, a la que llevaron pan, magdalenas y uvas del campo de Cariñena.

Los grupos desfilaron animados por los aplausos del gentío, que trató de subirse a los bancos más cercanos para no perderse el evento. Son muchos los que opinan que la Ofrenda de Frutos es más emotiva que la de Flores, aunque sea esta última la que se lleve el mayor reconocimiento.

Los zaragozanos Luis y Mari Luz, de 73 y 68 años, aseguraron que ven a la Ofrenda de Frutos «más agradecida y relajada». Ambos se colocaron en el Paseo Echegaray, calle a la que salen los grupos después de entregar sus ofrendas. Muchas fueron las personas allí reunidas y los dos zaragozanos eligieron la zona porque es

«más tranquila y se pueden ver mejor los trajes».

Los miembros de la Casa de Teruel explicaron que ambas ofrendas son distintas. «La de Frutos es más ordenada, aunque la otra es más popular», aseguraron Isabel y sus amigos, que trajeron champiñones, legumbres y frutas. También indicaron que habían visto menos niños que en la Ofrenda de Flores, una sensación compartida por otros grupos que aseguraron que en la Ofrenda de Frutos primaron los adultos.

Sin embargo, esto no significó que los niños faltaran. Violeta, de 9 años, también venía de Borja y aseguró que estar allí «era muy importante» para ella. Cerca de 2.000 personas llevaron sus alimentos hasta la Basílica del Pilar, acompañados por la música y los ánimos de un gentío que se reunió para vivir la segunda, pero no por ello menos importante, ofrenda de las fiestas.