Los obispos no se conforman. Ahora quieren que la religión católica impregne todas las asignaturas. Las Matemáticas, la Geografía, la Filosofía- todo en clave católica. Son insaciables. Volvemos al nacional catolicismo. Aquí se imponen sus creencias a todos los españoles. O sí o sí. No han entendido lo que es un Estado no confesional. No lo quieren entender porque no les interesa. Hay que mantener el chiringuito. Tienen tan poca fe, tan poca convicción en su mensaje, que lo quieren meter en la cabeza de los niños obligatoriamente. No es con su ejemplo con lo que quieren ganar adeptos sino con ministros como Wert y con el BOE. Se ve que todavía no han evaluado los resultados que obtuvieron con su omnipresente poder en la sociedad española en términos de que los valores evangélicos se noten en una sociedad más justa y solidaria. Ese no es el indicador. El indicador es su poder en términos económicos, ideológicos y políticos. Un poder compartido antes con la dictadura. Ahora con la mayoría absoluta. Quieren recuperar el terreno perdido en una sociedad cada vez más laica y secularizada. La alianza PP-obispos nos lleva a los tiempos del diputado Cantero Cuadrado. Tienen medios de comunicación que defienden las posiciones conservadoras, consiguen que la tv pública recomiende rezar y ahora, con la mayoría del PP ponen el sistema educativo a su servicio. Si la gente no va libremente a escuchar sus homilías, las homilías se meten en las aulas. Y si eso no funciona, un buen exorcismo. Vaya plan.