El choque de dos trenes en un tramo ferroviario cercano a la localidad polaca de Chalupki, en la provincia de Silesia (sur), provocó la muerte de 16 personas y dejó casi 60 heridos, según el balance provicional. Los 16 estudiantes españoles que se encontraban entre los pasajeros resultaron finalmente ilesos, según confirmaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España. Los jóvenes estaban en Polonia en el marco de un programa de Eramsus. "Las autoridades polacas nos han confirmado que los 16 estudiantes españoles se encuentran bien y que están siendo trasladados a Cracovia", según precisó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Esta misma fuente negó que alguno de los estudiantes resultase herido grave.

Las autoridades españolas desconocen si los estudiantes viajarán en las próximas horas a España o proseguirán su viaje debido a su "buen estado" Tan solo unas horas antes, fuentes diplomáticas en Madrid y Varsovia consultadas adujeron que estaban "investigando para realizar las averiguaciones pertinentes", aunque sí precisaron que no había "ningún español herido, ni muerto" en el accidente.

La Cadena Ser, citando a fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, informó en un principio que el número de estudiantes españoles era de 17. Una portavoz de Emergencias que está trabajando en la localidad polaca de Chalupki elevó dicha cifra a 19, en declaraciones realizadas a esta misma emisora.

EL PEOR SINIESTRO A su llegada al lugar del accidente, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, remarcó que esta es "la catástrofe ferroviaria más trágica de nuestra historia en muchos, muchos años". Acompañado de varios responsables gubernamentales, Tusk confirmó que al menos catorce personas fallecieron, aunque esta cifra "podría aumentar hasta los quince". "Por el momento no podemos dar la cifra final de víctimas con la total responsabilidad", matizó Tusk, que, además, insistió en que es demasiado pronto para especular sobre la causa de la colisión sin descartar un error humano.

En consonancia con la versión del primer ministro polaco, un portavoz de los Bomberos de Silesia Jaroslaw Wojtasik no descartó que el balance de víctimas mortales ascienda debido a que muchas personas aún están atrapadas entre el amasijo de hierros en el que han quedado reducido varios vagones.

Por su parte, el ministro de Transportes de Polonia, Slawomir Nowak, describió el accidente como "uno de los peores siniestros ferroviarios de los últimos años". En declaraciones a la televisión polaca TVN24, Nowak sostuvo que aún se desconocen las causas de la colisión. Uno de los trenes, un interurbano, se dirigía a Varsovia, mientras que el segundo procedía de la capital polaca y se dirigía a la ciudad de Przemysl.

Un superviviente relató a Reuters lo sucedido: "Sentí un golpe. Choqué contra una persona que estaba delante mía, las luces se apagaron, todo voló y nosotros volamos por encima de los compartimentos como si fuéramos bolsas. Hemos podido oír gritos. Rezamos".