Los mapas de carreteras en el Pirineo aragonés son distintos desde ayer. La nueva vía que une Sabiñánigo y Fiscal, y cuya puesta en servicio presidió la ministra de Fomento, Ana Pastor, revoluciona las comunicaciones entre las comarcas del Alto Gállego y el Sobrarbe, y por extensión, entre la Jacetania y la Ribagorza. Y no solo porque esos 23,3 nuevos kilómetros de la N-260 ahorren casi una hora de viaje a quienes antes debían transitar por el puerto de Cotefablo. También porque la nueva carretera, que forma parte del llamado Eje Pirenaico, levanta expectativas comerciales y de creación de empleo en unos municipios que llevan soñando con esta infraestructura más de medio siglo.

"Es un antes y un después. Tras la llegada de la luz, estamos ante el acontecimiento más importante que vamos a vivir aquí en el territorio", decía el exultante alcalde de Fiscal, Manuel Larrosa. Algunos de sus vecinos esperaban impacientes poder estrenar una obra que se ha ejecutado en nueve años y que ha costado casi 145 millones de euros.

La titular de Fomento también se mostraba "orgullosa de esta maravilla". "Después de las reuniones que mantuve con la presidenta Luisa Fernanda Rudi, lo que hemos hecho --añadió Ana Pastor- es priorizar aquellas obras pendientes y rematarlas lo antes posible". Flanqueada por un buen número de representantes institucionales, entre ellos los oscenses Mario Garcés, actual subsecretario de Fomento, y Víctor Morlán, ahora diputado y hasta el año pasado secretario de Estado del mismo ministerio, Pastor abundó también sobre otros tramos de la N-260, que une Portbou con Sabiñánigo, en lo que será la prolongación de la A-23.

LO QUE FALTA DEL EJE Respecto a las obras entre Jánovas y los túneles de Balupor, la ministra manifestó que "es lo que nos hemos encontrado y lo estamos retomando". "Está en marcha y va para delante", añadió. En parecidos términos se expresó sobre las obras en Monrepós y en el "complejo" Congosto de Ventamillo. Sobre este paso, Ana Pastor explicó que está pendiente de darse a conocer el resultado del estudio informativo y que "en cuanto los técnicos nos digan por dónde tiene que ir las cosas, inmediatamente pondremos los medios económicos".

La ministra hizo estas declaraciones a los pies de la imponente sierra de Canciás, por la que discurre la carretera inaugurada ayer. En palabras de los técnicos, se trata de una vía "más cómoda, más segura y más transitable en invierno", porque, entre otras cosas, fija su cota más alta 200 metros por debajo de la del puerto de Cotefablo. Pese a haber requerido la construcción de seis viaductos y dos túneles, uno de ellos, de 2,5 kilómetros, Fomento se jacta de haber extremado al máximo la integración medioambiental. Hasta el punto de que entre los meses de diciembre y junio no han circulado vehículos pesados, debido a que en la zona hay censada una pareja de quebrantahuesos.

Con el ruido de fondo con el que, a lo lejos, una veintena de representantes de la Marea Verde saludaba a la comitiva oficial, se inauguraba al fin una carretera de la que el alcalde de Sabiñánigo, Jesús Lasierra, dijo es "un referente para todo el Pirineo aragonés". "Lo que deseo --añadió-- es que nuestros objetivos sean pronto una realidad, y que esa realidad se traduzca en la reducción del desempleo en la zona, mediante la generación de riqueza y desarrollo". Anhelo al que se sumó el alcalde de Yebra de Basa, Ernesto Avellana, para quien el nuevo tramo de la N-260 no solo ha de "impulsar la economía de estos valles". De momento, estos 23 kilómetros "saldan una deuda histórica".