El Estado del bienestar con que se define la estructura social española, que alcanzó su máximo impulso a partir de la universalización del acceso a la sanidad pública --con la ley general de sanidad de 1985-- y la oportunidad general de acceder a comida suficiente, explica las variaciones fisiológicas experimentadas por los españoles en los últimos decenios.

También han contribuido, explican los expertos, la erradicación de enfermedades infecciosas, la vacunación sistemática de los niños, el control sanitario de los mercados que abastecen alimentos y las normas higiénicas implantadas en las ciudades, como son el barrido de las calles y la desinfección de las cloacas.