El PP se pliega a la propuesta de Vox de violencia machista en un bronco debate

Tanto PSOE como ZeC se han posicionado en contra

Parte de la bancada del PP, con Orós, segunda por la izquierda, durante el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza celebrado celebrado este jueves.

Parte de la bancada del PP, con Orós, segunda por la izquierda, durante el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza celebrado celebrado este jueves. / Josema Molina

El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza celebrado este jueves traía como primera moción la propuesta de Vox sobre violencia machista y, como era previsible, ese primer punto ya ha generado un bronco debate entre izquierdas y derechas. Ha salido adelante, con una transacción del PP, que ha pedido incluir el término ‘violencia machista’, y los 19 votos que suman Vox y los populares. Tanto PSOE como ZeC, es decir, 12 sufragios, se han posicionado en contra.

Antes de que comenzara siquiera el turno de las mociones, el asunto ya ha suscitado posicionamientos encontrados entre las dos bancadas en la parte resolutiva, a cuenta de la decisión de usar preferente en el servicio de Igualdad y Mujer los términos ‘violencia contra las mujeres’ o ‘violencia machista’, frente al de ‘violencia de género’.

Tras ello, las representantes de la federación de asociaciones de vecinos 'Saracosta' y de la asociación vecinal Lanuza, Encarnación Cantín y Carmen Sendino, respectivamente, han mostrado su rechazo palmario a la propuesta de Vox. Lo han hecho en una intervención previa en la que Cantín ha definido como algo “indigno” el “utilizar a las mujeres asesinadas para arremeter contra rivales políticos”.

Intervención de Vox

Tras ello, la concejal de Vox, Eva Torres, ha defendido una moción que solicitaba instar al gobierno de la ciudad a garantizar la asistencia y el apoyo “a cualquier víctima de violencia y a sus hijos” y a erradicar “los mensajes y discursos que justifiquen la violencia contra la mujer”. 

También pedía evitar la discriminación hacia ninguna mujer “ante hombres que se autoperciban mujeres y pretendan ocupar espacios reservados para ellas”, identificar a los violadores que han salido en libertad a causa de la ley Solo sí es sí, aumentar las penas para los delincuentes sexuales y tomar medidas necesarias para la expulsión inmediata de los extranjeros que comentan un delito sexual. Torres ha afirmado que se trataba de una moción “que habla de protección para las mujeres” y ha recordado que en 2022 los delitos sexuales “crecieron un 12%” y que las mujeres asesinadas fueron 58 en 2023.

Opinión de la oposición

La edil de ZeC Elena Tomás ha considerado que lo propuesto por Vox “no es una moción”, sino “una declaración de odio hacia las mujeres, sean feministas o no”. La respuesta de Torres a estas palabras ha sido que el “odio” está en la parte de la izquierda, que busca “enfrentar al hombre con la mujer”, además de “destruir la familia” para poder manipular al individuo en soledad y “manejar millones de euros en chiringuitos”.

La portavoz socialista, Lola Ranera, ha definido la moción como “un decálogo de falacias, bulos e inmoralidades” y ha dicho al PP que “si tuviera vergüenza, no la debería justificar”. También ha destacado que la alcaldesa, Natalia Chueca, ausente en ese momento del debate, había “claudicado”.

Como réplica, la concejala de Políticas Sociales en el consistorio, Marian Orós (PP), ha acusado al PSOE de claudicar “secundando la ley más infame, bochornosa y repugnante”, en referencia a la del Solo sí es sí. El ambiente, ya caldeado en la bancada, también lo ha estado entre el público, que ha contado con la presencia de varias personas que han apoyado las dos intervenciones previas y los posicionamientos del PSOE y ZeC, a la vez que han mostrado su rechazo a los del PP y Vox.

Ha sido la última intervención de Torres, en la que ha defendido que, en España, la primera vez que votó la mujer fue en 1933 gracias “a la derecha”, el momento en el que el volumen de la sala ha aumentado varios grados. Con la votación de la propuesta y la bronca final ha terminado la defensa de esta moción, que ha puesto de relieve una vez más los posicionamientos radicalmente opuestos de izquierda y derecha en materia de violencia machista.