El consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, José Luis Saz, ha insistido hoy en que el modelo tributario del Ejecutivo aragonés no pasa en ningún caso por subir los impuestos, sino por bajarlos, para que el dinero esté "en el bolsillo de los aragoneses", que es lo que "estimula la demanda".

El consejero ha contestado de esta forma en respuesta a una interpelación formulada en el Pleno de las Cortes por el diputado de IU Adolfo Barrena, quien le ha preguntado por la política general en materia de fiscalidad.

Saz ha indicado que las comunidades autónomas que han optado por incrementar los impuestos están "en peor situación financiera" que Aragón y que su "voracidad fiscal" sólo ha servido para "detraer dinero de los ciudadanos y malgastarlo".

Por esto, además de incluir deducciones en el tramos autonómico del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, el Gobierno de Aragón ha disminuido el impuesto de Sucesiones, que es "oportunista y en el que el ciudadano no elige la realización del hecho imponible".

También se han incluido bonificaciones en el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, y se ha mantenido el precio de las tasas con el único incremento del IPC, además de no implantar el céntimo sanitario, siendo una de las dos comunidades autónomas de España que no hacen uso de él.

Saz, además, ha rechazado la medida propuesta por Barrena de incrementar los impuestos a las rentas más altas, de más de 60.000 euros al mes, porque según el consejero lo recaudado no sería significativo, es decir, no se generarían recursos suficientes pero, por otro lado, se empobrecería a estas familias.

Barrena ha insistido en que es necesario ingresar más, en tanto en cuenta el ejecutivo va a obtener 316 millones de euros menos de ingresos de los presupuestados en 2013, dato que Saz ha negado con el argumento de que el ejercicio fiscal y el contable no están acompasados y el cálculo final hay que hacerlo el 31 de diciembre.

El diputado de IU ha dicho también que a pesar de las continuas apelaciones a la contención del déficit, el Gobierno aragonés tenía en el segundo trimestre del año una deuda de 5.133 millones de euros, que generan 171 millones de intereses, y una forma de asumirlos es incrementar los ingresos por impuestos a las rentas más altas.