Varios testigos respaldaron en la sesión de ayer las tesis de las acusaciones --la Fiscalía, la empresa Transmalia y el PP-- en una tensa sesión que obligó al presidente del tribunal a intervenir en varias ocasiones para calmar los ánimos.

El exsecretario de la Sociedad Urbanística Municipal, Luis Cabrejas, dijo que "era sabido" que el funcionario Pedro Rueda cobraba su trabajo extra en la empresa pública mediante facturas falsas de la papelería de su entonces esposa, que las condiciones que el ayuntamiento ofreció a Agrovalle para que adquiriera el suelo "más que beneficiosas, me parecieron temerarias", y, también, que la firma de la denuncia que abrió el caso no es suya. "Rotundamente, no", dijo.

Rosario Pérez, dueña de Transmalia, asumió la autoría --"esa es mi firma"--, recientemente ratificada por la Policía Científica en otro procedimiento judicial.

La portavoz del PP en Mallén y diputada provincial, Marta Pardo, explicó que recibió en sobres anónimos la documentación sobre las presuntas corruptelas que entregó al Grupo de Blanqueo. "Jamás he podido hacer una fotocopia en el ayuntamiento", dijo. Y explicó que un funcionario la vigilaba mientras ojeaba expedientes.

El exsecretario municipal José Luis López Cebolla recordó que le explicó al alcalde, Antonio Asín, que la forma de contratar con Sergio Castro "no era adecuada". Y respaldó la versión de Pardo: "Copias no solicitó". Tampoco, dijo, permiso para hacerlas.