La producción de electricidad con carbón se desploma en Aragón. Esta fuente de energía, que casi todos los años lidera el mix de generación de la comunidad, cayó al cuarto puesto en el 2018 -el 19% del total, con 2.941 gigavatiovs hora (Gw/h)-, algo inédito en la serie histórica. La clasificación fue encabezada por la eólica que aportó el 29% (4.342 GWh) del conjunto de la luz generada a nivel autonómico y recuperó la primera plaza que ya ocupó en el 2013 y el 2016. Le siguieron la hidráulica (el 26%, con 3.881 GWh) y la cogeneración (el 20%, 3.098), según los datos provisionales aportados a este diario por Red Eléctrica de España (REE).

El sistema parece prepararse así para el apagón de esta industria contaminante, que se producirá dentro de un año (en junio del 2020) con el cierre de la térmica de Andorra, la última que queda en activo en este territorio. La producción con carbón cayó el pasado año a la mitad en relación al 2017 (5.843 Gw/h) y anotó el segundo mínimo de la serie histórica, un registro solo superado en el 2010, cuando apenas representó el 10% (1.793 GWh) de la tarta eléctrica regional.

Y en lo que va del 2019, la tendencia a la baja se ha mantenido. La central térmica turolense prácticamente ha estado parada en los meses de marzo, abril y la primera quincena de mayo. Desde el inicio del año y hasta el pasado día 17, esta instalación tuvo ha producido 511 gigavatios hora (GWh), según los datos facilitados por Endesa, propietaria de la instalación. Esto supone en torno a un 30% menos que en los cinco primeros meses del 2018, cuando se generaron 722. Eso, teniendo en cuenta que la primera mitad del ejercicio es habitualmente es menos productiva para el carbón, ya que por razones meteorológicas suelen tener más peso los gigavatios hora traídos por el viento y los saltos de agua.

La última vez que la instalación andorrana estuvo en marcha fue el pasado 21 de marzo, pero apenas lo hizo durante unas horas y con solo uno de los tres grupos de generación que tiene. «Se está preparando el cierre», asegura Hilario Mombiela, presidente del comité de la planta, que asegura que esta parálisis se ha dejado sentir en el empleo de algunas empresas subcontratas, que «han dejado de trabajar por falta de operatividad». La previsión es que en junio, con la llegada del verano y el menor rendimiento de la eólica, se reactive la actividad haste el final del 2019.

NORMALIDAD

Pase lo que pase, fuentes de Endesa reiteraron esta semana que la térmica funcionará «con normalidad y de acuerdo con las condiciones del mercado hasta la fecha de clausura de la instalación», que seguirá necesitando para ello de los servicios que requiera la operación de la planta, tanto del personal propio como de empresas auxiliares.

El balance eléctrico del 2018 vuelve a poner de relieve que Aragón es excedentaria energéticamente hablando. El pasado año la comunidad generó un 42% más de la electricidad que demandó y exportó el equivalente a casi el 30% de lo que consumió. En concreto, la producción neta fue de 15.207 GWh, un 8,3% menos que en el 2017 (16.600), mientras que la demanda se situó en 10.709, que fue casi idéntica a la de ejercicio precedente (10.721).

Otro rasgo característico es la especialización de la comunidad en energías renovables, que representaron el 56% de esta producción con fuentes de origen renovable, que cubrieron a su vez el 68% de la de la demanda regional de electricidad.