La fe y la devoción se pueden vivir de muchas maneras. En la Basílica del Pilar de Zaragoza, los feligreses y turistas ya pudieron comprobar ayer la aplicación de las medidas de prevención promovidas por la Conferencia Episcopal Española, que recomienda no besar las imágenes ni la columna de la Virgen del Pilar y ha solicitado la retirada del agua bendita de los templos. Aunque eso no supone que todos los fieles se tomen al pie de la letra estas sugerencias. Muchos seguían ayer acudiendo casi por inercia a santiguarse con agua bendita, aunque las pilas estaban cubiertas en la basílica con una losa de mármol.

Lo mismo ocurría en la capilla de San Juan Bautista, que reúne a devotos de todos los lugares e incluso tiene los pies desgastados por las plegarias. Desde ayer, un cartel recuerda a los feligreses que «se recomienda no besar ni tocar la imagen del santo cristo. Las muestras de devoción y afecto puede ser sustituidos por una inclinación o reverencia». Y había quienes seguían esta recomendación a rajatabla y quienes se acercaban, tocaban y besaban al cristo como siempre lo han hecho. En todo caso, recordaron desde el Cabildo, «se trata de recomendaciones, nunca de prohibiciones».

También sobre la sagrada columna de la Virgen del Pilar pesa la misma «recomendación». Son muchos los que se acercaron y tocaron con sus manos, sin besar, la piedra, mientras otros mantenían la distancia y mostraban su afecto con una reverencia a unos metros de distancia.

Victoria, de Zaragoza, comentaba al salir de la basílica que ella le da besos a la Virgen «de lejos», como siempre ha hecho, «por cuestiones de prevención e higiene». «Todas las medidas que han tomado me parecen lógicas», aseguró. También Cristina Garitonandía, natural de Sevilla pero zaragozana de pro desde hace más de 40 años, afirmó que cumple con las sugerencias de la iglesia. «Ayer estuvimos en san Miguel viendo al Nazareno y hoy hemos pasado a ver a la Virgen. Les hemos presentado nuestros respetos con una inclinación de cabeza, porque entendemos estas medidas», explicó.

CAMBIOS EN LA EUCARISTÍA

Durante las eucaristías, el coronavirus también plantea cambios. Como en el momento de la paz, donde «se puede evitar dar la mano y sustituirlo por un gesto de cabeza o de palabra, o directamente se puede omitir de la celebración, como viene recogido también en el misal romano», recordó José Antonio Calvo, portavoz del arzobispado de Zaragoza.

El momento de la comunión no se suspende aunque, recuerdan, «mucha gente ya optaba con coger la forma con la mano». Y Calvo sí que planteó que, mientras dure esta alerta sanitaria, es mejor que «quienes tengan un catarro se queden en casa» en lugar de ir a misa, para «evitar contagios». La mayoría de las diócesis aragonesas (Barbastro-Monzón, Tarazona y Teruel-Albarracín) han implantado medidas similares a estas, que irán extendiéndose por todas las parroquias.

MILANESES EN ZARAGOZA

Todas ellas medidas «insuficientes» para un grupo de turistas italianas, que han llegado de Milán y van a visitar Zaragoza durante unos días. Federica recordó que «desde hace dos semanas en Milán no se ofician misas» y consideró que «tal vez» las medidas de prevención deberían ser «más estrictas» en todos los monumentos turísticos. «Ojalá el virus no se expanda tanto como para tener que suspender las misas también aquí», deseó. Dios le oiga.