Los agricultores aragoneses se encuentran en plena campaña de recogida de la fruta, cuya previsión para la de hueso en la comunidad, al igual que en España y Europa, es de menor cantidad que la del año pasado. A nivel nacional y autonómico, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) cree que la producción puede ser un 15% inferior que el año pasado y que una campaña normal, debido en parte a las inclemencias meteorológicas sufridas durante esta primavera y también por una reducción de la superficie cultivable.

El sindicato describe la campaña como «atípica», «no solo por las condiciones sanitarias que van a marcar este ejercicio y la contratación, sino además por las producciones a nivel europeo», explica Óscar Moret, responsable del sector fruta de UAGA. En Italia se da un 35% menos de producción y se trata de una tónica general en los países del sur de Europa, como Grecia -con un 10% menos-.

«Esta circunstancia hace que, en estos momentos, España sea el mayor productor de fruta de hueso de Europa» explica Moret. Y dentro del país, Aragón es una de las comunidades más competitivas, «lo que se debería traducir en un mejor precio», apunta. Desde su punto de vista, se está siguiendo esa ecuación, «pero no en la cantidad que nos gustaría», añade. Y pone en cuestión que se esté cumpliendo la ley por la que se tendría que comercializar con contratos de compraventa firmados, algo logrado tras las movilizaciones. «No servirán de nada los esfuerzos si con mucha menos producción vamos a tener precios iguales o menores», explica, porque calculan que van a hacer frente a un 30% más de costes de producción. «Nos encontramos ante una de las campañas más complicadas que he vivido en mi historia de fruticultor», manifiesta Vicente López, responsable del área de relaciones laborales de UAGA.

El descenso de cosecha mermará la contratación de trabajadores entre un 10 y un 20%. Aunque en abril la variación comparada con el año pasado fue positiva, con un aumento de contratos del 6,65%. «Los agricultores contrataron antes para asegurarse trabajadores para tener cuando comenzase la faena, dado el problema para encontrar», explican. En mayo se dio una variación negativa de un 0,91%, con casi 20.000 altas medias de trabajadores en el campo aragonés, una cifra menor, pero similar a la del 2019.

Además, el sector se ha visto afectado por las medidas sanitarias. «El esfuerzo y el sobrecoste económico es importante», según el productor de La Almunia. A la adquisición de EPIs, mascarillas, geles, termómetros o guantes, se suma la adaptación de los alojamientos a las normas. Han tenido que hacer divisiones o nuevas habitaciones, e incluso hacer turnos de comida. La recolección no está siendo al uso, «tenemos que tener a la gente dividida en los campos, por líneas, tiene que estar separada» detalla.

Por otra parte, en referencia a los casos de covid-19 detectados en el municipio de Fraga, «hay menos preocupación porque ya empieza a haber espacios donde la gente está aislada y controlada», concluyen.

La cosecha de la cereza es una de las más castigadas según las previsiones del sindicato

UAGA calcula que en el campo aragonés la cereza sufrirá un descenso de cerca del 30%. Hay comarcas que han sido más afectadas, como el Bajo Cinca y Caspe. En albaricoque hay un descenso de la producción, en torno a un 20%, sobre todo en variedades tempranas. En melocotón y nectarina se prevé que haya una disminución de un 13% de media con respecto al año anterior. El cultivo menos resentido ha sido la ciruela, entorno a menos del 3%, ya que, aunque haya menos rendimiento por hectárea, se compensa con el aumento de superficie.