Tras muchas reticencias, el Ministerio de Sanidad ha abierto la puerta a la venta de tests de autodiagnóstico de covid en las farmacias, una circunstancia que en Aragón no ven con malos ojos los profesionales de las boticas, que consideran «totalmente viable» su dispensación. Por el momento no se sabe cuándo empezará su comercialización, pero si la tramitación del real decreto va por buen camino (ahora está en fase de exposición pública) podría ser una realidad a finales de este mes o principios de junio. «Nos parece una decisión correcta y acertada, porque como profesionales sanitarios tenemos formación y conocimiento específico suficiente para poder contextualizar los test», señaló a este diario Raquel García, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.

Los test se podrán adquirir sin necesidad de receta médica, como los de embarazo o los del VIH, pero la «preocupación» en esta medida está en la carencia de un registro oficial de los casos que resulten positivos. «Poder hacer nosotros las pruebas sería ideal, pero por ahora solo podremos fomentar la autoresponsabilidad. El paciente se llevará el test a casa y si da positivo, será él quien tiene que comunicarlo a su médico, a sus contactos y aislarse. Si alguien lo pasa por alto, llegarán los problemas», indicó García.

Precaución

Por el momento, la opción de que los farmacéuticos realicen estos test no se contempla. «Si uno tiene síntomas, la prueba puede dar negativo porque quizás la carga viral sea baja, pero el contagio existe. Hay que ser muy precavidos», insistió la presidenta aragonesa.

El cambio de postura de Sanidad respecto a este producto llega después de muchos meses de peticiones por parte del sector y de varias comunidades, especialmente de Madrid. Ahora, desde el ministerio que dirige Carolina Darias se considera que la venta de estos test puede ayudar a la capacidad diagnóstica del Sistema Nacional de Salud y permitirá reducir la presión asistencial en los centros sanitarios, así como una detección precoz de casos una vez que la vacunación avanza.

En cualquier caso, lo que está claro es que desde las farmacias, que han sido el mejor aliado durante toda la pandemia del ministerio y de las consejerías de Sanidad, todavía se va a tener que insistir más en la información al ciudadano mientras un positivo de covid pueda quedar en el limbo.

Afectadas por la crisis

Estos establecimientos han colaborado a lo largo de este año y pico en la prevención del virus, en la difusión de medidas de higiene, en la lucha contra los bulos, en la revisión de tratamientos médicos o en la venta con prescripción de test de antígenos. Además, en los últimos meses, han estado muy presentes en la campaña de vacunación para fomentar la inmunización y en la ayuda a los más mayores a solicitar la autocita.

Es decir, ha estado «siempre» y han sido esenciales, pero la crisis del covid también les ha afectado económicamente «La prescripción de medicamentos ha bajado mucho y eso se nota porque los ingresos no son los mismos. Tardaremos en recuperar la situación en la que estábamos antes ¿Qué sector no se ha visto alterado por la pandemia?», se pregunta la presidenta. 

«No me consta que en la provincia de Zaragoza haya cerrado ninguna farmacia ni haya situaciones graves, pero por ejemplo las que tienen un carácter muy turístico, como alguna del Pirineo, sí se han visto afectadas. Eso también habrá pasado en las zonas de playa, por ejemplo. Es algo generalizado», cuenta García.

En Aragón hay más de 50 farmacias con una viabilidad económica comprometida, no solo en el medio rural. «Se han tenido que adaptar los horarios porque evidentemente cuando nadie podía salir a la calle había muchas horas sin clientes», explica.

También ha habido muchas consultas telefónicas que han rebajado las visitas a las boticas. «No es algo nuevo, porque siempre ha existido esta realidad. Quizás por el hecho de estar siempre abiertos o haber sido esenciales durante la pandemia la ciudadanía cree que no sufrimos pérdidas, pero claro que las hay», explica García. En Aragón hay más de 700 farmacias distribuidas por todo el territorio de las que más de 200 están en municipios de menos de 1.000 habitantes. Es aquí donde, principalmente, se dan esos problemas de viabilidad. 

Buenas relaciones

Dada la capilaridad de la red de farmacias de la comunidad, tanto en el medio urbano como rural, la capacitación de los farmacéuticos y la relación de confianza con los usuarios ha sido fundamental esta pandemia. La presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza asegura que las relaciones con el Departamento de Sanidad de la DGA «son buenas», aunque apunta que les hubiera gustado participar «de forma más activa» este tiempo. «Nuestra disposición ha sido y es absoluta, pero creemos que podríamos haber ayudado en más cosas», dice García.

Por ejemplo, una de sus reclamaciones ha sido poder ayudar en la actividad de la receta electrónica, de tal modo que desde las farmacias se hubiera podido renovar las medicaciones. «Los centros de salud estaban saturados y algunos pacientes han tenido problemas. Hacer una dispensación extraordinaria, en un momento puntual, hubiera facilitado las cosas», dice García.

Sí colaboraron de manera muy activa, sobre todo en la primera ola, en la distribución de mascarillas o el acercamiento de la medicación hospitalaria a los pacientes que no podían acudir al centro a por ella, pero sí la necesitaban. «En general estamos contentos y nos hemos reunido con Sanidad de manera periódica. Cuando digo que podríamos hacer más sería posible también adaptando nuestros establecimientos», dice.

En este sentido, sería preciso disponer de espacios concretos para pacientes covid o con sospecha del mismo, y otros para el resto de la ciudadanía. «Para la campaña de la gripe también nos ofrecimos a vacunar, con el fin de aliviar a los centros de salud. Somos sanitarios igualmente. La disposición es total», añade García.

«La luz de la cruz verde ha estado siempre encendida»

Las farmacias, desde un primer momento, fueron consideradas un servicio esencial. A lo largo de toda la pandemia han seguido con su actividad habitual en Aragón, con «más de 386.000 guardias durante 24 horas aldía», según recuerda Raquel García, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza. «La luz de la cruz verde siempre ha estado encendida, nunca hemos cerrado. Incluso en Semana Santa el año pasado abrimos todos los días para garantizar el acceso so a los pacientes. Aquello fue algo extraordinario», señala.

Además de informar acerca del covid y dar pautas concretas de prevención, si hay algo que también ha caracterizado la labor de los farmacéuticos ha sido la de combatir los bulos que se han extendido durante estos meses. «Tanta sobrexposición a la información ha llevado a dar por hecho cosas que no siempre han sido reales. Eso lo hemos tenido que frenar», señala.

Otra parcela importante, «muchas veces desconocida por el paciente», es la labor de farmacovigilancia que se hace en las boticas. «Hemos estado informando y notificando posibles efectos adversos, sobre todo ahora con las vacunas. Los ha habido, pero sin duda la vacuna es la mejor forma para actuar y combatir el coronavirus. De eso también concienciamos a los pacientes», añade García.