Cuatro días de parón del transporte y de los hombres y mujeres del mar para exigir cambios en el precio de los carburantes y los efectos ya son evidentes en los mercados. Pedro Huerta está al frente de un puesto del Mercado Central de Zaragoza que lleva su nombre y reconoce que esta mañana, cuando ha madrugado para ir a Mercazaragoza, la imagen era "desoladora, no hay género suficiente para todos y eso repercute en los precios claramente". "Conforme pasa la semana cada día va llegando un poco menos y el fin de semana la situación empeorará", destaca.

La falta de variedades de pescados y mariscos se hace patente en el mostrador. Menos cantidad e incluso no tiene ocupado todos los metros del mismo. Pese a la imagen que provoca temor en algunos clientes, estos siguen confiando en él y en la calidad de las piezas que vende. No obstante, tal y como les reconoce, "los precios han cambiado, no es mi culpa". Por ejemplo, la pescadilla y la merluza, dos de los pescados más consumidos en los hogares aragoneses han subido en torno a dos euros con respecto al jueves de la semana pasada. "El salmón ha subido entre tres y cuatro euros por kilo o las cococha han subido un poquito, en contra de la lubina que se mantiene estable", resalta.

"Es normal que suban los precios, en lo que se refiere a la merluza o la pescadilla entra en las lonjas un 10% menos, lo que repartir para todos es muy complicada", asevera Huerta, quien afirma que hay compañeros que tienen otros puestos que han decidido no ir a Mercazaragoza porque no pueden asumir determinados precios.

En ello también coincide Carlos Barrera, que está detrás del mostrador de la Pescadería Pablo Mar, también en el Mercado Central de Zaragoza. Mientras limpia una merluza para un cliente que no duda en adquirirla pese a la subida, señala que conoce a varios pescaderos que han decidido no levantar la persiana porque "no les compensa". "La huelga del transporte se nota, pero también que está parando todos los barcos que faenan y por ello no hay pescado", afirma.

Pescadería Pablo Mar, este jueves en el Mercado Central de Zaragoza. EP

Lo que falta en estos momentos, según recalca, es el pescado pequeño del Mediterráneo como es la perla, la pescadilla pequeña, el salmonete, la sardina, la anchoa, el chicharro. Pero en lo que se refiere al Cantábrico también. "El rodaballo, la pescadilla, la merluza y el pescado de importación es lo que más cantidad está entrando, pero con precio caro", dice.

Barrera reconoce que pensaba que la merluza o la pescadilla iba a subir más, pero paradójicamente lo que más se ha encarecido es uno de los alimentos estrellas del mar, el gallo, "que ha subido un 20% con respecto a una semana". "Todo los santos días del año hay mejillones y llevamos dos días sin ellos, así que la situación es para tomársela en serio", sentencia.

Una zaragozana en el puesto de frutas y verduras Los Pocholos. EP

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Pero no solo afecta a las pescaderías, las verdulerías están sufriendo este desabastecimiento. Ignacio Ornad está al frente de un puesto en el Mercado Central de Zaragoza que es un negocio familiar. Su suegra ya estaba al frente y resalta que "el principal problema está en las hortalizas que provienen del Levante y de Almería". "Se está notando y obviamente eso deriva en una subida de los precios", si bien intenta ser positivo y presentar la alternativa de la hortaliza de cercanía. "Si no hay de fuera tendremos que consumir más producto de temporada, que es el que tenemos en las huertas más cercanas", dice.

No obstante pone como ejemplo la venta de judías verdes. A diario vende en torno a cien kilos y este jueves no ha vendido ni un gramo porque no ha podido adquirirlo para sus clientes. "Esto no había pasado antes que yo recuerde", reconoce.