Huesca fue este sábado por la mañana, por espacio de dos horas, el patio de armas de España cuando miles de residentes se agolparon en las calles de la ciudad, con motivo de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, para aclamar al Ejército en la gran parada militar presidida por los Reyes de España. La celebración, en la que participaron 3.300 efectivos humanos, 154 vehículos, 250 caballos y 69 aeronaves, contó además con la presencia de los máximos responsables de Defensa, Margarita Robles; Educación, Pilar Alegría, e Interior, Fernando Grande Marlaska.
En cuanto a las autoridades militares, se hallaban los jefes máximos de los tres ejércitos, encabezados por el almirante general general Teodoro E. López Calderón, jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad).
«Para Huesca es un día de fiesta», subrayó antes del desfile el alcalde de Huesca, Luis Felipe, que incidió en el «reconocimiento y cariño» que la ciudad profesa a las Fuerzas Armadas. Don Felipe y doña Letizia llegaron a la tribuna real a las 12.00 del mediodía, tras ser recibidos, entre vivas al Rey y a la Reina, por el presidente de Aragón, Javier Lambán, y por el regidor oscense.
El jefe del Ejecutivo aragonés tuvo oportunidad posteriormente con el monarca, en el curso del refrigerio que se sirvió en el Palacio de Congresos de la capital oscense y al que asistieron las autoridades presentes en la jornada de celebración de las Fuerzas Armadas españolas.
A continuación, dentro de los actos del desfile, el monarca pasó revista a la Guardia Real formada ante las gradas de las autoridades y, poco después, dos paracaidistas saltaron con banderas de España desde un avión que pasó a 1.200 metros de altitud, sobre la vertical de la avenida Juan XIII, eje principal del recorrido del desfile. Ambos tomaron tierra a escasa distancia del mástil donde se izó una de las enseñas que portaban, de 54 metros cuadrados y 15 kilos.
Siguió un emotivo acto de homenaje a los 36 miembros de los tres ejércitos fallecidos en servicio desde 2019, cuando tuvo lugar el último Día de las Fuerzas Armadas antes de que el coronavirus obligara a su suspensión en los dos ejercicios posteriores.
España enviará más efectivos humanos y misiles antiaéreos a Letonia
La ministra de Defensa, Margarita Robles, confirmó ayer el envío de una batería de misiles de defensa antiaéreos a Letonia en el marco de la misión de la OTAN y ha subrayado la «máxima disponibilidad» de España para reforzar las labores de disuasión y prevención de la violencia.
En una entrevista en TVE con motivo del Día de las Fuerzas Armadas que se celebró en Huesca, Robles explicó que España enviará a Letonia un sistema de defensa antiaérea dotado con seis misiles y que supondrá el aumento de militares españoles en la zona hasta los 600 efectivos.
«Nuestro compromiso con la OTAN es total», subrayó la ministra, que recordó que España tiene tropas en Letonia y Lituania y cuenta con la «máxima disponibilidad para reforzar una labor que es de disuasión, de prevención de la violencia y, por tanto, una labor de paz».
Robles también destacó el compromiso de las Fuerzas Armadas españolas con la paz y con Ucrania porque «cuando se defiende Ucrania se defienden también los valores de la democracia» y se lucha contra «crueldades como las que está haciendo (Vladímir) Putin».
Defendió el aumento del presupuesto de su departamento y ha argumentado que invertir en defensa es invertir en paz, en libertad y en los valores democráticos, pero también en puestos de trabajo.
Sobre la polémica del espionaje, insistió en que los servicios de inteligencia actúan siempre con arreglo a derecho y a la ley. «Los servicios de inteligencia españoles son un ejemplo y trabajan dentro de la comunidad internacional y lo que ocurre es que hay mucho mito alrededor de ellos porque no pueden explicar lo que hacen».
En dos ocasiones, tras la llegada de los Reyes, en los puntos de más relieve emocional de la parada, se efectuaron dos salvas, una de cañones, con 21 disparos, y otra de fusilería, a cargo de la Guardia Real.
Una corona de laurel
En el curso del homenaje a la bandera, el Rey se acercó al mástil y depositó en su base una corona de laurel en recuerdo de los difuntos. La célebre Patrulla Águila, famosa por sus acrobacias aéreas, efectuó en ese instante una pasada transversal sobre la avenida Juan XXIII y dejó una efímera estela de colores en el cielo de la ciudad.
Comenzó entonces el desfile aéreo, con 17 formaciones de cazabombarderos, aviones de transporte, aeronaves para la lucha antiincendios y helicópteros del Ejército de Tierra y de la Armada, así como de la Guardia Civil.
A renglón seguido se inició el desfile motorizado, en el que tomaron parte veteranos y discapacitados de las FAS y la Guardia Civil, así como reservistas voluntarios. Llegó luego el momento de los carros de combate, Leopardo y Pizarro, entre otros, y de distintos tipos de vehículo táctico, tras lo cual vinieron los efectivos de Tráfico y del Seprona de la Benemérita.
En total tomaron parte 17 vehículos acorazados y mecanizados, 97 vehículos de distintas funciones y 40 motocicletas.
El desfile terrestre, que se realizó inmediatamente después, arrancó admirados aplausos del público que seguía la parada desde las aceras y los pisos de los edificios de viviendas que daban al recorrido, con una longitud total de 1.200 metros, con salida en la Escuela de Hostelería y terminación junto al cerro de San Jorge, adonde se llegaba tras atravesar la avenida Martínez Velasco.
Killo, la mascota de la Legión
Los momentos de mayor emoción coincidieron con el desfile a pie, en el que recibieron gran cantidad de aplausos unidades como las tropas de montaña, con base en Jaca y otras radicadas en la comunidad aragonesa.
Asimismo hubo fuertes aplausos para las brigadas de la Legión, con base en Viator (Almería), que pasaron con su característica marcha acelerada, a razón de 160 pasos por minuto, muy por encima del ritmo habitual, que es de 124 pasos por minuto. Llamó la atención del público y las autoridades la mascota de la legión, un borrego de cuatro años y color blanco bautizado con el nombre de Killo.
Marcando un gran contraste con los legionarios, desfilaron a continuación distintas compañías de regulares de Melilla. En su caso, realizan 90 pasos por minuto, lo que da a su marcha un aire de cámara lenta que no resta sin embargo marcialidad. Asimismo, en el desfile a pie intervino una sección de alumnos de intercambio de la Gendarmería francesa, así como una representación de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad con las banderas de todos los países miembros de la OTAN, dado que el Día de las Fuerzas Armadas se celebró en el contexto del 40 aniversario del ingreso de España en la Alianza Atlántica.