La primera e intensa ola de calor de la temporada que ha asolado estos días Aragón ha dejado cerca de 2.300 hectáreas arrasadas por el fuego de los sucesivos incendios que se han ido produciendo. Nonaspe, Barbastro, Graus, Poyo del Cid, Castelserás, Pradilla, Cuarte y Mainar han sido escenario durante el fin de semana de labores de extinción.
En estos momentos, todos ellos están estabilizados (muchos ya extinguidos) y la situación es «favorable», pero el dispositivo de extinción, compuesto por 1.200 personas, sigue comprometido y pendiente de los focos para rematar el fin de los mismos.
La situación, tras un sábado con mucha actividad, mejoró considerablemente durante la noche para tener buena previsión. Ahora la preocupación, como en otras ocasiones, está en el viento, que presentó este sábado por la tarde rachas de entre 50 y 60 kilómetros por hora. «Aunque han bajado las temperaturas, tenemos una situación de viento sur y suroeste que también puede ser compleja», señaló Diego Bayona, director general de Medio Natural y Gestión Forestal.
El incendio de Nonaspe (estabilizado, pero no controlado) ya ha quemado unas 2.000 hectáreas (la mitad de masa forestal) y se dio por estabilizado sobre las 10.00. «La evolución es favorable y la situación es positiva», reiteró Bayona. Esto permitió levantar las restricciones, de tal modo que el desalojo preventivo que se había hecho del camping Lake Caspe terminó y la gente pudo volver a la instalación. Además, el nivel de alerta se ha rebajado y la UME ya se ha retirado.
Del mismo modo, se reabrieron las carreteras A-1411 entre Nonaspe y Fabara, la CP-15 y la N-211. En cuanto a la CV-93, se permite el acceso a los propietarios de fincas para labores agrícolas o atender a sus animales, pero sigue la vigilancia por parte de la Guardia Civil para que no entren personas no autorizadas a la zona.
Otro de los incendios que se ha dado por estabilizado y también controlado fue el de Barbastro, donde se quemaron unas 85 hectáreas. Entre ellas había zonas de campo, tres naves y dos vehículos. Preocupó de inicio por su cercanía con la ciudad y hubo que desalojar a unas 200 personas (también de las dos pedanías) que, durante este sábado, pudieron regresar a sus casas. «Faltan aquellas que viven en casas diseminadas en medio del incendio», matizó Miguel Ángel Clavero, Jefe del Servicio de Seguridad y Protección Civil de la DGA.
Otros puntos de la comunidad
En otros puntos de la comunidad el fuego quemó este fin de semana 55 hectáreas en Mainar, 50 en Graus, 80 en Padrilla, 12 en Grañén, 10 en Castelserás y 6 en Cuarte de Huerva. A ellos se sumaron una mínima cantidad en Poyo del Cid. Todos ellos ya están estabilizados y algunos extinguidos. El de Padrilla se reavivo a última hora del sábado y eso le hizo alcanzar una superficie más grande que la prevista de inicio. Los últimos incendios en desencadenarse en Aragón fueron el de Mainar, cuyo avisó se dio ayer a las 16.45, pero a las 17.10 ya estaba estabilizado, y el Grañén, que ha afectado a zonas de cultivos agrícolas y está controlado.
En todos los incendios están movilizados los equipos de extinción del Gobierno de Aragón, los medios aéreos del Ministerio para la Transición Ecológica, varias BRIF (Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales) y una sección de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en el caso del fuego de Nonaspe.
A la espera de la evolución de las llamas, parece que las condiciones más adversas ya han pasado porque la ola de calor empezó a remitir este domingo y las temperaturas van a bajar. A pesar de todo, la Dirección General de Interior y Protección Civil informó de aviso amarillo para este lunes por temperaturas máximas en Huesca sur, Cinco Villas, Ribera del Ebro y Bajo Aragón (Teruel) a partir de las 14.00 horas, según la Aemet.
Mientras tanto, está activado el aviso amarillo por tormentas para este lunes en el Pirineo oscense, las zonas turolenses de Albarracín y el Jiloca, así como Gúdar y el Maestrazgo por la tarde, a partir de las 16.00 horas.
