David Felipe Lallana, alcalde socialista de Calatorao, se asomaba a estas mismas páginas en 2019 con una legislatura recién estrenada y al inicio de las fiestas en honor del patrón San Bartolomé. En esta ocasión va a presidir las últimas fiestas de la legislatura tras la suspensión de actos en años anteriores por causa del covid-19. 

A pesar de este parón, para el alcalde no ha sido una legislatura perdida. «Han sido años de mucho trabajo, la pandemia ha generado muchísima legislación de aplicación inmediata que ha creado mucha más burocracia en los procesos para poder cumplir la ley. Hemos intentado estar cerca de los vecinos en una situación tan difícil y apoyando a nuestro centro médico en las tareas que estaban a nuestro alcance. Algún proyecto se ha retrasado pero lo fundamental se ha cumplido», asegura.

Felipe explicaba hace tres años que su deseo era cumplir su compromiso con los vecinos y que la residencia fuera una realidad. «Ya hemos dado los primeros pasos invirtiendo 226.045 euros en la compra de suelos que, unidos a otros que ya son nuestros, nos dan una superficie de más de 5.000 m2. Tenemos previsto licitar el proyecto este año y seguir con todo el proceso para que sea una realidad», detalla. 

Para la financiación de este proyecto los primeros fondos salen del propio ayuntamiento. «La posibilidad de utilizar los remanentes nos está dando oxígeno para atender necesidades como esta y el proyecto lo financiaremos con los ingresos que nos están llegando procedentes de la planta fotovoltaica que Forestalia ha instalado en nuestro término municipal», precisa el alcalde calatorense.

A pesar de la pandemia, el ritmo de trabajo del ayuntamiento ha sido intenso. El alcalde considera que están obligados a desarrollar nuevos proyectos. «Acometimos la reforma del gimnasio, se quedaba pequeño y ahora han quedado unas instalaciones acorde a las necesidades de los vecinos. Vamos a modificar la plaza de Zaragoza, intentamos armonizarla como espacio de uso social y peatonalizar un poco más el centro urbano. Además, la reforma contempla la utilización del material que nos identifica, nuestra piedra negra. También vamos a completar el 40% que nos falta de alumbrado público con tecnología led y queremos instalar placas solares en el centro deportivo, la Escuela de Educación Infantil y el CEIP Domingo Jiménez Beltrán buscando mayor eficiencia energética».  

Impulso a la economía local

En estos últimos años Calatorao está sufriendo un deterioro en su tejido empresarial. El cierre de la planta de producción de concentrados de fruta (Zufrisa), la marcha de Adient Automotive la próxima primera y el parón que provocó la crisis inmobiliaria en las canteras, llevándolas casi al cierre, no son noticias muy esperanzadoras para el empleo y la economía local. «Estamos seguros –afirma el alcalde- de que las nuevas empresas que han adquirido las canteras van a desarrollar proyectos importantes, están muy comprometidos y esperamos que esas iniciativas se transformen en empleos. El resto de empresas han optado por estrategias más rentables para ellas. Nosotros estamos atentos y en contacto con el Gobierno de Aragón de cara a alternativas que puedan surgir y que permitan la instalación de empresas en las naves municipales que van a quedar libres. Del mismo modo, estamos muy interesados en que se desarrolle el polígono industrial privado Europa-Puerta Sur. El ayuntamiento cuenta en el mismo con 200.000 metros cuadrados que pondríamos a disposición de las empresas y contribuirían a dar un empuje importantísimo a la economía del ayuntamiento y al empleo».

El polígono Europa-Puerta Sur está ubicado en el término municipal de Calatorao, tiene una superficie de 2.236.305 metros cuadrados con 3,5 km de fachada hacia la autovía A-2 en dirección Madrid-Zaragoza. Está situado a 280 km de Madrid y 350 de Barcelona. Esa diseñado para parcelas de entre 2.000 m2 y 100.000 m2. «Es un polígono ya registrado y que cumple todos los trámites legales», indica el alcalde. «En la web del ayuntamiento se pueden ver sus características, tanto para suelo industrial como logístico y desde el ayuntamiento estamos dispuestos a realizar las modificaciones que hagan falta por si surgieran sobre él nuevas necesidades».  

Mientras la población mira de reojo estos problemas, espera que las fiestas les sirvan para recuperar el pulso de la vida y olvidar los malos momentos que la pandemia ha provocado. David Felipe considera que ha llegado el momento de hacer un alto en el camino: «Han sido dos años muy duros y para terminar las heladas se han llevado nuestras cosechas, pero no debemos caer en el desánimo, hay que seguir viviendo; nos damos cuenta que nuestros vecinos tienen ganas de salir y divertirse, de encontrarse. Desde el Ayuntamiento de Calatorao queremos darles esa ocasión y la Comisión de Festejos ha trabajo mucho para conseguirlo. No quiero olvidarme en estos días tan señalados de todos esos vecinos que se ha llevado la pandemia, para ellos nuestro recuerdo y para sus familias nuestro apoyo sincero».