LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA

Cada policía nacional debe proteger en Zaragoza a una media de 100 mujeres maltratadas

La falta de elementos en la Unidad de Familia impide dar un servicio integral / Esta unidad especial de la Policía Nacional deriva a las comisarías la toma de denuncias

Un agente de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional con una mujer a la que protege.

Un agente de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional con una mujer a la que protege. / ANDREEA VORNICU

Ante la lacra de la violencia machista, el Ministerio del Interior puso en marcha en 2015 una unidad policial especializada en todo lo que tenga que ver con la violencia de género, la doméstica y la sexual. Fue creada como un servicio integral para recoger denuncias, investigar y también para proteger a las víctimas. Sin embargo, la realidad, más allá del papel, es muy diferente y la falta de agentes hace que la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón no preste en Zaragoza todos los servicios para los que fue creada.

La plantilla está cubierta por 22 agentes que se reparten, mitad y mitad, la investigación y la protección de las víctimas. Estos últimos 11 policías cuidan de media a un centenar de mujeres, si bien hay uno, en la actualidad, que está al frente de nada menos que 115 mujeres en los diferentes escalafones de riesgo. Desde uno calificado como no apreciado, cuyo seguimiento es igual al que se realiza a cualquier víctima de un hecho delictivo, a un extremo, que es cuando el agente no se separa ni un minuto de la mujer. Dan cobertura a más de 1.800 mujeres.

Una cobertura que genera que determinados controles a las víctimas tengan que hacerse de forma aleatoria, por no decir el estrés que esta situación genera entre los agentes, tal y como denuncian desde sindicatos como Jupol, que consideran que serían necesario ampliar el catálogo de agentes. Paradójicamente, la UFAM en Zaragoza se diseñó con una plantilla total de 22 agentes para recoger las denuncias, investigar y prestar la protección necesaria, si bien es tal el volumen de trabajo que aunque la plantilla esté cubierta al 100% no es suficiente.

De ahí que, por ejemplo, la comisaría de la UFAM situada en la avenida José Atarés de la capital aragonesa no tome declaración a mujeres víctimas de la violencia de sus parejas o exparejas. La realidad es que son recogidas en las oficinas de denuncias y atención al ciudadano (ODAC), es decir, en las comisarías de distrito por personal profesional, pero que no tiene dicha especialidad. En muchas ocasiones se da la circunstancia de que la mujer víctima de la violencia machista coincide en el mismo espacio con, por ejemplo, alguien que va a denunciar el hurto de su teléfono móvil o la cartera. No obstante, no ocurre en los casos de violencia sexual puesto que en estos una patrulla UFAM se desplaza para recoger a la damnificada y trasladarla a sus dependencias para darle una atención más individualizada.

Dificultades

Pero el problema de falta de agentes no solo se traduce en que no pueden estar al frente de las denuncias, sino que tampoco están en todas las investigaciones que tienen que ver con la violencia de género.

En la actualidad, los agentes UFAM solo estudian los casos en los que el agresor es miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; es mando en las Fuerzas Armadas y en asuntos en los que las víctimas son personas con discapacidad. El resto, los más comunes, los tratan las brigadas de Policía Judicial de las diferentes comisarías de distrito. Profesionales, que no especialistas. Y es que los once agentes destinados en UFAM Investigación están al frente de las diligencias por agresiones y abusos sexuales.

Una realidad que tiene una única solución, según Jupol, «aumentar el catálogo con más agentes». «Que la Policía Local de Zaragoza se una, con el sistema Viogén, va a ser un parche», señalan fuentes de este sindicato que consideran que la solución sería aumentar el catálogo y que no solo hubiera 22 policías en UFAM, sino «más del doble». «Cuando se incorporen los agentes locales habrá una redistribución de las mujeres a proteger, se bajará el volumen y, por tanto, el estrés entre la plantilla, pero el problema con las denuncias y la investigación seguirá presente», añaden desde la central sindical.

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