LA ACTUACIÓN EN ESPAÑA

Tres fases para la normalidad

Los refugiados en territorio español pasan por tres capítulos, de dependencia con el sistema a independencia total | Unos 700 ucranianos siguen en este proceso en Aragón

Ciudadanía. 8 Las asociaciones han facilitado que los refugiados ucraniano completen sus trámites legales
. | JAIME GALINDO

Ciudadanía. 8 Las asociaciones han facilitado que los refugiados ucraniano completen sus trámites legales . | JAIME GALINDO / s. h. v.

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

La nueva vida que los miles de ucranianos han iniciado en Aragón tras su salida no es sencilla. Abandonar la patria propia es lo más duro, afirman todos los refugiados preguntados, que trabajan a diario por iniciar junto a sus familias un nuevo proyecto vital en localidades que hace diez meses no sabían situar en el mapa. «Son muy tenaces, constantes y trabajadores», resumen los responsables de las diferentes asociaciones que en la comunidad han trabajado junto a ellos. 

La lista de estas organizaciones es extensa. Accem, apip-acam, Cruz Roja, las Hermanas de la Caridad o Cepaim, junto a las instituciones públicas, han sido las encargadas de desarrollar un plan en tres fases para llevar la normalidad hasta estas familias. Los tres capítulos de este proceso pasan de la mayor dependencia a la independencia completa: en primer lugar, alojados en centros gestionados por las asociaciones; después, pisos y habitaciones alquilados por las organizaciones y, en último tramo, casas ya gestionadas al completo por las familias. En la actualidad, en torno a 1.000 ucranianos de la comunidad siguen estando en una de las tres fases mencionadas. 

Carlos Vela, de Accem, fue uno de los responsables jurídicos de su asociación, «ayudando a los recién llegados a conseguir su documentación y los permisos de residencia». El propio Vela recuerda que los primeros meses tras el estallido de la guerra fueron de «un nivel de acogida enorme, con muchos refugiados», situación que, con el paso del tiempo, ha ido descendiendo. «Se respondió a una avalancha de gente, haciendo trabajos de todo tipo, para evitar que nadie tuviera que dormir en la calle».

El fin del operativo Emergencia Ucrania, liderado por el Gobierno de España y que acabó el 31 de agosto, incluyó a los refugiados ucranianos que llegan desde septiembre en las listas convencionales de asilo. Excepto en la Policía Nacional, donde sigue existiendo un programa o ventanilla propios para agilizar los trámites de sus permisos. 

«El programa de trabajo con los ucranianos dura 18 meses, prorrogable hasta los 24, y depende siempre de la evolución de cada persona», detalla Vela, que adelanta que esa fase inicial, de valoración, «se tuvo que extender mucho, para conocer mejor la situación y poder ofrecer un buen servicio psicológico». «El objetivo siempre es que encuentren su propio trabajo y conseguir que sean completamente independientes», termina Vela. 

Fernando Pérez, coordinador autonómico de Cruz Roja, valora como «la mayor catástrofe en Europa desde la Segunda Guerra Mundial» un fenómeno que hizo que su institución atendiese a 125.000 personas en los primeros meses del conflicto. Un año trabajando con ellos le ha servido para dibujar el retrato de los ucranianos: «Es un perfil muy móvil, con personas que han vuelto a su país en cuanto han podido y otros que quieren quedarse. Son trabajadores, por mentalidad propia, y su principal dificultad para encontrar trabajo es el idioma». Tras el oficio también nacerá otro problema: «La jubilación allí es de apenas 70 euros, por lo que tendremos que buscar, junto a las instituciones, una solución para que tengan una pensión digna después de su retiro». 

En la acogida también participó apip-acam, que ha gestionado numerosos locales en los que se han alojado durante meses ciudadanos ucranianos. Patricia Urzola, responsable territorial, confirma que esta acogida va a seguir haciéndose, a partir de ahora en la antigua residencia de Arzobispo Morcillo, «donde podrán vivir en torno a 60 ucranianos, mientras completan la primera fase». 

Envíos de ayuda

Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón, AURA, también ha trabajado sin descanso desde el inicio del conflicto. Alina Klochko, su presidenta, admira el trabajo de la sociedad pero critica el de los gobiernos aliados de Ucrania: «La gente lo ha dado todo y han enviado lo que han podido, pero los gobiernos envían la mitad de lo que prometen y no sabemos si cuando llegue todo habrá algún ucraniano que pueda darle uso». Desde la asociación han hecho llegar hasta el campo de batalla «19 camiones cargado con todo tipo de cosas útiles». En la actualidad, Klochko gestiona la entrega de otros vehículos cargados «con comida enlatada, generadores de luz y muchas vendas y mantas». 

Además de todo el trabajo realizado en la comunidad por todas estas asociaciones, Aragón también se ha dejado ver de otras maneras en el conflicto ucraniano. También en la región, el Hospital Militar ha acogido a varios soldados ucranianos heridos. Las Fuerzas Armadas siguen entrenando a algunos jóvenes ucranianos para que puedan volver a combatir en el frente, mientras las bases militares han enviado tanques Leopard, dentro de la ofensiva nacional para armar aún más a Ucrania frente a Rusia.

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