BALANCE DE LA APLICACIÓN DE LA NORMATIVA

Aragón es la segunda comunidad con más sanitarios objetores a la eutanasia

Son 1.097 personas, la mayoría de ellas médicos de Atención Primaria y del sector sanitario Zaragoza II - Diez pacientes aragoneses han fallecido tras recibir la prestación en los dos años en vigor que lleva la ley

Una persona mayor durante un ingreso en un hospital, en una imagen de archivo.

Una persona mayor durante un ingreso en un hospital, en una imagen de archivo. / EL PERIÓDICO

Ana Lahoz

Ana Lahoz

Aragón es la segunda comunidad del país con más profesionales sanitarios objetores a la eutanasia, con un total de 1.097 personas en el registro oficial del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón. El territorio solo está por detrás de Madrid, que alcanza los 3.119 objetores, mientras que la tercera posición la ocupa Andalucía, con 1.051 inscritos.

Por categorías, la mayoría de los declarados objetores en Aragón pertenecen a Medicina (882 personas), mientras que hay 206 profesionales de Enfermería y 9 de Farmacia. Además, la Atención Primaria es el nivel asistencial donde más se registran (con 829) frente a los 268 profesionales de hospitales. Por sectores sanitarios, Zaragoza II, con 489 profesionales, es el que aglutina a más personas reacias a aplicar esta ley, que entró en vigor en España hace ahora dos años.

La eutanasia solo la pueden solicitar los enfermos graves con una enfermedad irrevocable, es decir, aquellos que se encuentren en un proceso terminal sin poder mejorar su pronóstico, y los pacientes que sufren patologías graves crónicas e imposibilitantes

Es evidente que el número de objetores en Aragón es elevado y está por encima de la media. La cifra, de hecho, creció exponencialmente en la comunidad tras el caso de Emilia, la zaragozana que solicitó la eutanasia a su médica del centro de salud de Torre Ramona pero cuya tramitación no se inició en un primer momento y, al final, acabó suicidándose. Desde entonces (el caso tuvo lugar en noviembre de 2021), el dato de objetores se mantiene estable, pero la situación debe llevar a una «reflexión» al Ejecutivo autonómico.

Una «disfunción» inicial

Juan Coll, director general de Transformación Digital, Innovación y Derechos de los Usuarios, explicó ayer en la Comisión de Sanidad de las Cortes que al principio de produjo «una disfunción» sobre cuándo se tenía que objetar, algo que no quedaba claro y se daban interpretaciones. «La objeción se debe producir en la administración de la medicación, pero al principio se pensó que también se podía hacer en otras fases como la deliberativa o el acompañamiento. Ahí se produjo una situación dispar y tenemos que reconocerlo», indicó Coll.

Para resolver esta cuestión, la consejería recurrió al Comité de Bioética de España y a la Comisión de Garantías que, en sus informes, detallaron que «un profesional sanitario puede participar en el proceso y en el acompañamiento y no estar en la administración», explicó. Es decir, que con la ley en la mano el profesional tiene que hacerse cargo de toda solicitud, hacer el trámite y, en ningún caso, inhibirse o desatender la petición del paciente. Así pues, la objeción es viable únicamente en el momento de dar al paciente el fármaco que le provoque la muerte.

En estos dos años se han producido 15 fallecimientos de pacientes en Aragón antes de que su petición de eutanasia se resolviera. Por otro lado, en 12 casos no se cumplía con los requisitos.

A pesar del elevado nivel de objeción, en Aragón se han tramitado en dos años 39 solicitudes de eutanasia. De ellas, seis se registraron en 2021, 26 en 2022 y 7 constan en lo que va de 2023. De todos los procesos iniciados, diez llegaron a término, es decir, que son diez los pacientes que han fallecido tras recibir el fármaco que les ha causado la muerte. La mayoría de los casos han tenido lugar en Zaragoza y han estado relacionadas con personas que padecían problemas neurológicos irreversibles de salud.

 La eutanasia solo la pueden solicitar los enfermos graves con una enfermedad irrevocable, es decir, aquellos que se encuentren en un proceso terminal sin poder mejorar su pronóstico, y los pacientes que sufren patologías graves crónicas, imposibilitantes o que ven su autonomía personal muy limitada.

Hospitales

La capital aragonesa es de donde han partido más peticiones, seguida del sector de Huesca. Sin embargo, desde Teruel y Barbastro no se han registrado peticiones de eutanasia en dos años.

Dado que el proceso conlleva unos trámites y un periodo de análisis (en Aragón no hay un plazo máximo para resolver un caso, aunque se estima en unas seis semanas), en estos dos años se han producido 15 fallecimientos de pacientes antes de que su petición de eutanasia se resolviera. Por otro lado, en 12 casos no se cumplía con los requisitos y, por tanto, la solicitud de muerte digna tuvo que ser desestimada.

En cuanto al lugar donde recibir la prestación, la mayoría de los enfermos la solicitan en el hospital. A pesar de que gran parte de las peticiones son de pacientes oncológicos, las que finalmente más han culminado están relacionadas con casos de patologías neurológicas.

La primera toma de contacto se debe hacer con el médico responsable del paciente, mientras que el médico consultor es un facultativo con formación en el ámbito de las patologías que padece el paciente y que no pertenece al equipo del médico responsable. La última decisión se toma en la comisión de garantías.

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