Contar con un ‘arquitecto de cabecera’ ayuda a cuidar del edificio

Nuestras viviendas nos protegen de las inclemencias meteorológicas; lluvia, radicación solar, viento, etc. Además, a través de sus instalaciones también nos permiten alcanzar unos mínimos grados de habitabilidad en ellas. A cambio de ello, son sus materiales constructivos los que sufren los procesos de erosión y desgaste hasta llegar al final de su vida útil. 

En España, el éxodo rural supuso el mayor crecimiento del parque inmobiliario de las ciudades. Como referencia, según el INE, el número de viviendas construidas en ese periodo casi triplica el construido durante toda la burbuja inmobiliaria de principios de siglo. El panorama actual es un parque inmobiliario envejecido (el aragonés es el tercero más longevo), el cual por desconocimiento o por desidia no se ha mantenido correctamente. 

La legislación española establece el deber de conservación de los edificios a sus propietarios. La ITE, lejos de ser un "trámite más", es un instrumento mediante el cual un arquitecto inspecciona el estado de conservación y puede evaluar si existen patologías edificatorias que requieran de una actuación. De esta manera, se pueden identificar los desperfectos en una fase inicial, antes de que supongan un gran desembolso económico o supongan un riesgo para las personas. 

La ITE se concibió como una foto fija, la cual se realiza a los 50 años y cada 10 en los sucesivos. Constituye un documento de mínimos, centrando el foco en los aspectos de seguridad y salubridad. Desde entonces, a la par que la sociedad ha tomado conciencia sobre la accesibilidad y la eficiencia energética, han surgido iteraciones más completas como el IEE (Informe de evaluación del edificio) o, actualmente, el LEEX (Libro del edificio existente).

Este último comprende un histórico de todas las actuaciones llevadas a cabo en el pasado, un análisis exhaustivo de los elementos constructivos, estructurales, grado de accesibilidad y eficiencia energética. Además, incluye de manera novedosa una serie de propuestas de mejora, de tal manera que los propietarios puedan evaluar la oportunidad de realizarlas o establecer un plan de rehabilitación. El objetivo final es disponer de un documento al estilo de una "historia clínica" y por lo tanto de un "arquitecto de cabecera", que conozca en profundidad el edificio y establezca las medidas de actuación más adecuadas en cada momento. 

El LEEX constituye un análisis global de todo el edificio. Los arquitectos somos los profesionales idóneos para la redacción completa de proyectos en el ámbito residencial, tenemos la responsabilidad de analizar cada caso y asesorar correctamente a los propietarios. Es por ello por lo que, gracias a los programas Next Generation, el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, fruto de un convenio suscrito con Gobierno de Aragón, ha creado las Oficinas de Apoyo a la Rehabilitación, donde un arquitecto experto en la materia puede informar de manera libre, gratuita y desinteresada a toda la ciudadanía.