Vitalia mira a la Bolsa tras alcanzar un negocio de 220 millones este año

El grupo aragonés Vitalia Home, el transatlántico que se ha convertido en la segunda mayor compañía del sector geriátrico español, espera facturar 220 millones de euros en 2023 en un año en el que levantará su septuagésimo centro en el país antes de hacer rodar su nuevo modelo de apartamentos individuales con asistencia para ancianos con 700 pisos. La compañía mantiene su fulgurante expansión con una apuesta por «la residencia cinco estrellas» con el objetivo de alcanzar las 15.000 camas asistenciales para 2026, cuando proyectan «afianzar el crecimiento sostenido» tras la previsible salida del potente fondo de inversión británico CVC, que posee hoy el 80% de las acciones. Para ello, plantean «una salida a Bolsa, preferentemente en el mercado de valores español», según explica el presidente y fundador de Vitalia, Chema Cosculluela, un consultor y empresario nacido en La Fueva reconvertido en magnate del sector y «obsesionado con impulsar la rehabilitación neurológica» desde sus centros.

«El fondo estará tres años más, hasta que completemos la expansión. Después, como todo capital de riesgo, buscará otros negocios para crear valor como ha hecho con Vitalia. La posibilidad que a mí me gusta es la salida a bolsa, que nos permitiría mantener la dirección del día a día a la familia y que la empresa aragonesa siga siendo independiente», explica Cosculluela a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. De salir adelante, Vitalia se sumaría al selecto –y muy discreto– club de las empresas aragonesas que dan el salto al parqué: hoy, solo Nyesa (protagonista del mayor concurso de acreedores de Aragón) y Montepino cotizan en algún mercado de valores; a la espera está el salto aplazado de Ibercaja; mientras que sonados chascos como el de Imaginarium todavía resuenan con fuerza.

Nyesa y Nozar o cómo sobrevivir a los dos mayores concursos de acreedores de Aragón

Para 2026, de cumplirse el plan de expansión acordado por los Cosculluela, el fondo madrileño Portobello –ambos tienen un 10% de las acciones–y el fondo CVC, Vitalia sumará 104 centros entre apartahoteles, residencias y los hospitales especializados en rehabilitación neurológica que están promoviendo ahora. El volumen de negocio se disparará hasta los 400 millones de euros tras una inversión acumulada de mil millones tras una larga andadura que comenzó en Córdoba en el 2000, poniendo un punto y final a una década prodigiosa en lo económico que ha permitido multiplicar por cuatro la facturación y asentarse como el segundo mayor grupo del sector en España.

Hasta 2015, Vitalia había crecido hasta entonces pasito a pasito, aliándose con cajas de ahorros y constructoras para levantar sus residencias, basadas en un modelo de comodidad que apostaba por la rehabilitación. En Andalucía se alió con la entidad financiera Criteria, Kutxabank y con Cajasol, mientras que Bantierra, que había apoyado el negocio en Aragón, mantuvo su participación del 20% en Vitalia Iberia, donde también permanecieron algunos socios minoritarios. Por su parte, Cosculluela recuperó la participación que la constructora TAU tenía en sus filiales catalanas.

Un sector apetecible para los fondos de capital riesgo

Fue hace unos años, cuando el sector geriátrico comenzaba a ser apetecible para los fondos de inversión al calor del envejecimiento de la población europea, cuando el fondo madrileño Portobello, fundado por Iñigo Sánchez Asiaín, adquirió en 2015 las participaciones de las distintas entidades que poseían acciones de Vitalia y que habían sustentado el crecimiento de la compañía. 

En apenas dos años, el grupo pasó a facturar 90 millones de euros solo en 2017 y un resultado bruto de explotación (Ebitda) tras haber invertido 270 a lo largo de su historia. Sin embargo, la compañía tenía potencial y atrajo a peces todavía más grandes en el mar del capital de riesgo: el fondo británico CVC Capital Partners. «Tuvimos muchas ofertas, pero fue la suya la que nos convenció porque nos permitían seguir en la dirección y continuar con la creación de valor sostenida», apunta Chema Cosculluela.

La compañía cuenta ahora con 5.300 trabajadores para 10.000 camas asistenciales, lo que supone una ratio de 0,53 profesionales por anciano. Tiene proyectado ampliar la plantilla a 8.000 empleados para cubrir las 15.000 camas que sumarán en 2026, para lo que cuenta con 33 centros en desarrollo que levantará en la treintena de solares en propiedad en los que va a levantar varios centros residenciales.

Vitalia ha puesto el ojo en un nuevo modelo residencial, más autónomo para los ancianos, con la construcción de 700 pisos tutelados con la idea de que los mayores «vivan en su propia casa y puedan promover su autonomía», dice Cosculluela. El grueso de la inversión irá a parar a Madrid, pues allí se abrirán tres centros de estas características en Getafe, Móstoles y Carabanchel. Habrá otro más en Bilbao, mientras que la séptima parte de esos apartamentos se ubicarán en Zaragoza en una parcela anexa a la residencia que Vitalia inauguró en 2019 en el Parque del Agua tras comprar y derruir el fallido apartahotel de la Expo en una operación que se cifra en unos 15 millones de euros. 

Más allá de los pisos tutelados, la rama de negocio que más motiva a la dirección es la hospitalaria, donde han apostado por la rehabilitación neurológica como eje central de la actividad, sobre todo para afectados por ictus o enfermedades neurodegenerativas. Vitalia ha invertido un importante volumen monetario en un centro avanzado en Madrid, el Hospital San Vicente, que cuenta con 56 camas. En la capital ya tienen suelo para construir un centro más de similares características, del mismo modo que tienen comprado suelo en Córdoba para levantar un hospital con 80 plazas y otra parcela más en Bilbao, donde podrán atender 50 camas.