LA FIESTA DEL CONSUMISMO

La logística aragonesa moverá 3 millones de envíos en Black Friday y Navidad

La campaña del viernes negro sigue pujante y capea el impacto que la inflación tiene en el consumo

El sector prevé superar en la recta final del año los 69.000 trabajadores en la comunidad

Movimientos de paquetes en el gran gran centro logístico de Amazón en Zaragoza.

Movimientos de paquetes en el gran gran centro logístico de Amazón en Zaragoza. / Ángel de Castro

Quedan menos de dos semanas para que llegue el Black Friday, pero hace ya muchos días que en los almacenes de las empresas logísticas de Aragón se trabaja a destajo para la temporada que más actividad y empleo mueve de todo el año. El concepto inglés del viernes negro ha acabado arraigando con fuerza en la cultura comercial tanto a nivel autonómico como en España. Las compras se disparan en el mes de noviembre en una de las locuras más recientes del consumismo. Y eso tiene su fiel reflejo en el sector del transporte y la paquetería, que es una de las actividades que más refuerza sus plantillas para abastecer a unas tiendas que viven en estas fechas su punto álgido de las ventas y gestionar el aluvión de pedidos del comercio electrónico.

Las empresas de reparto gestionarán en Aragón alrededor de 3.000.000 envíos (108 millones en toda España) entre la llamada semana negra (black week) y el final de la Navidad, a un media de unas 100.000 expediciones por día, según estimaciones de UNO, la patronal nacional del sector. Habrá picos de hasta cerca de 150.000 movimientos en las jornadas inmediatamente posteriores al viernes negro, la semana siguiente al Cyber Monday y la previa a la Navidad. La Organización Empresarial de Logística y Transporte de España pronostica que el número de operaciones será un 15% superior al de la campaña de 2022, cuando el volumen se cifró en 2,6 millones. A nivel nacional el crecimiento anual que se prevé es del 6,8%.

Con respecto a la contratación, la patronal también apunta a un crecimiento del empleo en la comunidad autónoma para afrontar este pico de actividad, en línea a lo que se viene registrando durante los últimos meses: «Esperamos que durante esta campaña el número de afiliados a la seguridad social ascienda en Aragón por encima de los 69.000 trabajadores», aseguran desde esta organización empresarial, a la que pertenecen operadores locales como Carreras o Redur.

«A pesar del complejo contexto económico y del aumento generalizado de los costes empresariales, nuestras compañías están demostrando ser potentes generadoras de riqueza y empleo en nuestro país», subraya Francisco Aranda, presidente de la patronal UNO.

El objetivo del ahorro es más urgente si cabe con unos precios que sigue por las nubes. Por segundo año, la campaña del Black Friday está marcada por la inflación, con unos precios que se resisten contenerse o bajar. Por este motivo, las previsiones de ventas son algo más negras que en la campaña anterior, aunque en 2022 ocurría lo mismo y el resultado final superó las expectativas.

En cuanto a las tendencias de consumo, tendrán gran protagonismo las compras de productos de bienes de primera necesidad con descuentos significativos, así como aquellas compras aplazadas por los consumidores durante el resto del año por el incremento de los precios. Del mismo modo, y como ya viene siendo habitual en las últimas campañas, los usuarios buscarán este Black Friday adelantar las compras navideñas.

«Procuramos trabajar con planificación. Analizamos las estadísticas para prever la demanda y ajustar los recursos que vamos a necesitar», explica Alberto Lozano, CEO de Redur, un grupo de paquetería industrial creado en Zaragoza hace 50 años y que cuenta desde hace un año con unas nuevas instalaciones en Villanueva de Gállego.

La empresa mantiene una senda creciente, aunque «más contenida» que en las campaña de 2020 y 2021, que «fueron una locura» por la pandemia. «Todo el mundo se puso a comprar online y fue difícil de gestionar», recuerda. Aún así, la actividad de Redur sigue al alza gracias a sus nuevos negocios, como el sector farma, que tiene un especial protagonismo en su central logística de Villanueva. «En el negocio tradicional, se percibe una cierta ralentización», comenta.