POLÍTICAS SOCIALES

El cribado de cáncer de colon se estanca y Aragón busca otro plan

La participación no llega ni al 40% y el Salud ya está en contacto con varios institutos de investigación para fijar una estrategia científica común

Hay una falta latente de adherencia al proyecto y los expertos creen que la concienciación «ha bajado»

El doctor Ángel Lanas, esta semana pasada, en el laboratorio del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón.

El doctor Ángel Lanas, esta semana pasada, en el laboratorio del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón. / ANDREEA VORNICU

Ana Lahoz

Ana Lahoz

El programa de cribado de cáncer de colon en Aragón está estancado. El proyecto funciona desde 2013 en la sanidad pública y a lo largo de estos años es cierto que se ha extendido a toda la comunidad, pero el problema está en la baja respuesta de la población. La participación en este plan de detección precoz lleva varios años que no alcanza ni el 40% -el último dato está incluso por debajo del 38%- y la situación obliga a replantear la estrategia.

El Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ya está en contacto con varios institutos de investigación de la comunidad para rediseñar el programa de cribado de colon. En concreto, las conversaciones se están teniendo con expertos del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS), del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) y del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) para encontrar una estrategia científica común que permita «repensar» la iniciativa.

«La idea es fijar una mayor tasa de participación cada dos años porque detectamos que la adherencia al programa (la continuidad) es baja. Hay personas que se hacen la prueba pero que no vuelven a los dos años. Ahí tenemos un serio problema», confiesa a este diario Ángel Lanas, jefe de servicio de Digestivo del hospital Clínico de Zaragoza y director científico del IIS Aragón.

Los últimos informes de Sanidad constatan una tendencia decreciente a realizarse el cribado de colon. Así, en 2019 hubo una participación del 54,11%, en 2020 del 42,52%, en 2021 del 39,90% y en 2022 del 37,6%. «Sin duda, la pandemia nos hizo mucho daño. Los cribados se paralizaron y está siendo muy difícil recuperar el pulso», asegura Lanas. «Creo que inconscientemente todavía queda miedo a ir al hospital y, de alguna manera, es como si a la población se le hubiera olvidado este cribado y lo importante que es participar en él. La concienciación ha bajado», confiesa.

Cuando el test es negativo, se repite la prueba a los dos años. Es aquí cuando se detecta la desconexión entre la población y este recurso sanitario, porque esa adherencia al programa en muchos casos desaparece.

Para este experto, «como mínimo» habría que alcanzar una participación del 60% para considerar que el plan funciona bien. La población objetivo a cribar en Aragón cada dos años se estima en 366.508 hombres y mujeres de 50 a 69 años, de los que no participan ni el 40%. «Lo óptimo para que el programa funcione y se cumpla con su objetivo sería llegar al 70%. Es algo que nos queda muy lejos, por eso hay replantear la situación y ya estamos en conversaciones», incide.

Cada vez, menos hombres

Otra de las posibles causas de la baja participación que se desliza en los informes de Sanidad es el hecho de que hayan entrado cohortes más jóvenes al cribado -de 50 a 55 años-. «Pueden ser factores que hagan que la adherencia a este screening sea menor. Destaca el menor seguimiento al programa por parte de los hombres», señalan los documentos.

El plan de detección precoz de cáncer colorrectal en Aragón se puso en marcha en diciembre de 2013 y se extendió de manera progresiva a partir de 2014 a todos los sectores sanitarios de Aragón. La prueba consiste en la realización de un test de sangre oculta en heces para detectar precozmente el cáncer. Cuando el test es positivo, el paciente debe someterse a una colonoscopia para confirmación diagnóstica y tratamiento si fuera preciso. Cuando el test es negativo, se repite la prueba a los dos años. Es aquí cuando se detecta la desconexión entre la población y este recurso sanitario, porque esa adherencia al programa en muchos casos desaparece. «Está por debajo de lo esperado», reconoce Lanas.

En el 83% de los casos en los que se diagnostica un cáncer de colon se hace en una fase precoz, de tal modo que el paciente no precisa ni de cirugía ni de tratamiento. Esta es la gran ventaja y la importancia de participar en los cribados

Desde su puesta en marcha, en Aragón se ha invitado a participar en este cribado a cerca de 488.000 aragoneses del grupo de edad de 50 a 69 años y se han procesado cerca de 230.000 test. «La mayoría de ellos dan negativos», asegura el doctor. El dato más actualizado corresponde a 2022, cuando de los 56.514 participantes en el plan hubo 3.383 aragoneses con un test positivo (6,1% de los participantes).

La clave: salva vidas

«En el 83% de los casos en los que se diagnostica un cáncer de colon se hace en una fase precoz, de tal modo que el paciente no precisa ni de cirugía ni de tratamiento. Esta es la gran ventaja y la importancia de participar en los cribados. En el caso de los pacientes que sí tienen síntomas, la proporción de pacientes complejos con tratamientos se sitúa en un 50%», explica Lanas.

Además de buscar una nueva estrategia científica para reactivar el cribado, también será preciso reforzar las campañas de difusión y de sensibilización. En este caso, la Asociación Española Contra el Cáncer en Aragón será una gran aliada. «Hasta ahora, el cribado ha funcionado por inercia. Siempre tenemos que tener un equilibrio entre demanda y oferta, porque tampoco se pueden solicitar muchas colonoscopias y perjudicar, de alguna manera, al hospital. Es un proceso complejo, pero tenemos que ver la manera de poder fomentarlo más y llegar a más gente», dice.

Lanas tiene claras cuáles son las tres características que definen a este plan de detección precoz. «Por un lado, es accesible para todo el mundo. Por otro, se trata de una prueba muy fácil de hacer. Y, por último, se ha demostrado que salva vidas», dice tajante.