polémica

Voluntarios del centro animal de Zaragoza critican las «trabas» para socializar a los perros

En teoría, solo pueden ir de 9.00 a 10.30 horas y deben haber realizado un curso muy concreto

El ayuntamiento asegura que se trabaja para lograr una solución satisfactoria para todos

Olga Frontera, voluntaria durante varios años del centro, denuncia que llevan años sin poder asistir con normalidad. | EL PERIÓDICO

Olga Frontera, voluntaria durante varios años del centro, denuncia que llevan años sin poder asistir con normalidad. | EL PERIÓDICO / alberto arilla

Alberto Arilla

Alberto Arilla

Los centros de protección animal llevan años erigiéndose como una de las alternativas indispensables para la supervivencia de los miles de animales que se abandonan en España. En Zaragoza, el Centro Municipal de Protección Animal de La Cartuja (CMPA) es la principal herramienta que ofrece el consistorio para este fin. Y es que, según los datos de un estudio publicado el pasado año por la Fundación Affinity, 790 animales fueron rescatados al día por diferentes protectoras a lo largo del 2022 en todo el país, lo que supone una media de 33 animales cada hora y 24.000 al mes.

Pero el rescate tan solo es el primer paso, ya que luego vienen varios procesos hasta la adopción, empezando por conseguir que, tras esta experiencia traumática, el animal vuelva a socializar. En ese proceso, el trabajo de los voluntarios se antoja fundamental para conseguir llegar al objetivo de encontrar un hogar en condiciones a estas mascotas. Sin embargo, algunos de los voluntarios que acudían habitualmente al centro de La Cartuja denuncian que desde hace casi cuatro años –pocos meses antes del estallido de la pandemia– el ayuntamiento comenzó a poner «trabas» a dichas visitas, empezando por el horario. Por su parte, fuentes municipales señalan que son «conscientes» de las quejas y que se está buscando una solución que satisfaga a todas las partes.

«El nuevo horario que se implementó es horroroso y nunca ha funcionado», afirman

Así, algunos de las protestas se centran en el cambio en las horas de visita, que pasó de ser muy flexible a restringirse de martes a viernes, de 9.00 a 10.30 horas. «Este horario, que es horroroso y se implementó en junio de 2021, nunca ha funcionado. Yo misma pedí junto a una amiga hora el primer día, a primera hora, y nos dijeron que ya no había citas», explica a este diario Olga Frontera, voluntaria durante varios años del CMPA. «Antes, entre 2013 y 2019, podíamos ir cuando quisiésemos, siempre avisando. Además, los sábados y algunos días señalados, como en Pilares o en navidades, nos dejaban llevarnos a los perros para que socializasen fuera del centro», añade.

Una situación que, más allá de los problemas que les supone a quienes quieren ayudar, afecta directamente a los propios canes, tal y como asegura Frontera: «Al no sacarlos tanto, están mucho más estresados, se asustan al ver gente y algunos parecen agresivos, pero no lo son». Asimismo, la zaragozana afirma que la mayoría de voluntarios tenían los cursos correspondientes de adiestramiento y, los que no, acumulaban experiencia suficiente para ese propósito. «Hemos llegado a conseguir que adoptasen incluso a varios PPP (Perros Potencialmente Peligrosos), y ninguno ha dado problemas, ni los que se daban por perdidos», indica.

De esta forma, dice la voluntaria, la pandemia agravó una realidad que cambió por completo las posibilidades para personas como ella. «Ahora ha entrado a trabajar gente de la bolsa, que son funcionarios y no tienen por qué gustarles los perros a todos», subraya Frontera, que sostiene que, de las cuatro zonas de esparcimiento que existen en el complejo, en la actualidad tan solo se emplea una. «Lo que solicitamos es que se haga un cuadrante y que puedan salir todos los perros, del primero al último. Al final, los que peor están son los que más lo necesitan», explica la zaragozana, que detalla que, entre el antiguo centro de Peñaflor y el actual de La Cartuja, han llegado a estar subiendo en torno a diez voluntarios diarios.

«No dudo que hay que cumplir una normativa, pero hay que saber discernir», aseguran

Desde el ayuntamiento inciden en que las instalaciones «no dejan de ser un edificio municipal en el que hay gente trabajando». «Agradecemos mucho la labor de los voluntarios, pero también tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones», matizan desde el consistorio, que está realizando cambios estructurales en el área de Protección Animal, que antes dependía de la concejalía de Participación Ciudadana y ahora ha pasado a Movilidad y Medio Ambiente, una nueva coyuntura a la que hay que añadir la entrada en vigor de la nueva Ley de Bienestar Animal.

En cualquier caso, desde el voluntariado también confían en que la solución llegue más pronto que tarde aunque, tras cuatro años esperando, no son del todo optimistas. «No dudo que hay que cumplir una normativa, pero hay que saber discernir y saber actuar con flexibilidad responsable en algunos casos», finaliza Frontera, que concluye: «Veo nuestra vuelta muy lejana, pero considero que estamos todos en el mismo barco, con el único fin de mejorar la calidad de vida de todos esos animales y, sobre todo, tratar con esmero a los posibles adoptantes, que son una joya».

El ayuntamiento lanza una campaña de sensibilización

Los perros abandonados son una de las mayores lacras de la sociedad actual, y un ejemplo de las consecuencias del consumismo, máxime en estas pasadas fechas. Tras las fiestas navideñas, varios de estos animales que han sido regalados son dejados a su suerte poco tiempo después, convirtiéndolos en un capricho pasajero, como si se tratase de un juguete o de una videoconsola.

Ante esta tesitura, el Ayuntamiento de Zaragoza lanzó estas navidades la campaña Un animal no es un juguete, con el objetivo de concienciar a las familias respecto a la tenencia responsable de las mascotas y fomentar la adopción frente a la compra, bajo el lema central «no regales un animal que no puedas cuidar como se merece durante todo el año».

En total, el Centro Municipal de Protección Animal (CMPA) ha acogido 751 mascotas abandonadas en el último año, de las cuales 463 son perros, además de 249 gatos y 39 de otras especies. Asimismo, la protectora gestionó la adopción de hasta 280 animales (213 perros y 66 gatos). Para promoverla, la aplicación municipal Conecta Zaragoza ha incorporado un módulo que permite conocer los animales del CMPA que buscan nuevo hogar. Cada ficha cuenta con fotografías y una descripción con las cualidades de la mascota; información que también está disponible en la web municipal. La app ofrece además la posibilidad de localizar a animales perdidos que han sido recogidos en el centro o publicar un anuncio para tratar de localizar a una mascota extraviada. De hecho, 211 animales fueron recuperados en 2023 por sus dueños tras perderse y ser rescatados por el CMPA.

El ayuntamiento explica que, cuando estos animales son recogidos, inmediatamente son trasladados al centro, donde se les presta atención veterinaria y se les coloca el chip correspondiente. Además de los 280 animales dados en adopción y los 211 que fueron devueltos a sus dueños tras perderse, otros 241 fueron cedidos a otras entidades protectoras para que se encargasen de ellos, ya que, en los últimos años, la protectora municipal ha llegado a sobrepasar su capacidad ante el incremento de los abandonos.

Una concienciación que, en cualquier caso, es más necesaria que nunca, teniendo en cuenta que solo enZaragoza capital los abandonos crecieron un 21% en el último año, según los datos facilitados en el mes de agosto, cuando se contabilizaban 170 frente a los 140 del verano de 2022. 

Por ello, para seguir con el arduo trabajo de sensibilización, el consistorio instaló en la plaza del Pilar una caseta informativa cedida por el CMPA a once entidades protectoras, con motivo de la tradicional Muestra Navideña. 

Igualmente, el ayuntamiento ofrece diferentes recursos informativos que abarcan desde el acondicionamiento de la casa y los cuidados hasta cuestiones normativas. Además, en la web municipal hay una guía para adquirir esas nociones.

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