NATALIDAD

Uno de cada diez nacimientos en Aragón durante 2023 fue de madres de más de 40 años

Los ginecólogos advierten del peligro de la gestación con más de 35 años

Los factores económicos están detrás de la decisión de retrasar la maternidad

Imagen de archivo de una mujer embarazada en una consulta médica.

Imagen de archivo de una mujer embarazada en una consulta médica. / El Periódico de Aragón

Judit Macarro

Judit Macarro

La edad media de la maternidad en Aragón se ha ido retrasando en los últimos años hasta alcanzar el dato actual de 32 años, dos más que en 2008, cuando estalló la crisis económica y el factor monetario empezó a ser un motivo de retraso de la maternidad.

La situación, tras la que también hay otros factores, ha llevado a que se den gestaciones en mujeres mayores de 40 años. En Aragón, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 9% de los embarazos en 2023 se dio en mayores de 40 años. Esto son dos puntos porcentuales menos que la media nacional y un 3% más de los que se registraron en la comunidad en 2013.

Este aumento «considerable» de la edad maternal es para los expertos «perjudicial» tanto para la madre como para el bebé. Así lo asegura Daniel Orós, ginecólogo del hospital Clínico de Zaragoza y profesor de la Universidad de Zaragoza. «Las enfermedades como la diabetes y la hipertensión durante el embarazo, las hemorragias posparto, la muerte del bebé o que este y la madre acaben en la uci aumentan a partir de estas edades», explica a este diario. La edad «ideal» para tener un bebé, según el especialista, se sitúa entre los 18 y los 34 años. «El reloj biológico es algo que no podemos negar y es muy necesario que las mujeres sean conscientes de los riesgos que conlleva esta demora del embarazo», señala Orós. Pasar la franja de los 35 años supone que «el cuerpo deja de tener la misma fuerza que cuando tenemos 20 años», explica el ginecólogo.

La carrera biológica

Por ejemplo, cuando una mujer se encuentra en periodo de gestación «hace un esfuerzo cardiovascular muy superior al que podría hacer un atleta en una competición olímpica», asegura y recalca que «no es lo mismo correr 10 kilómetros cuando eres joven que cuando tienes más edad, al igual que la recuperación tampoco es la misma».

En un estudio realizado por el servicio de Obstetricia del Clínico, en el que se utilizó la Inteligencia Artificial, se observó que la muerte perinatal –que en Aragón se da en 4 de cada 1.000 embarazos– esta determinada por cuatro factores: nacimientos prematuros, la hipertensión durante la gestación, un peso bajo del niño y, en cuarto lugar, los embarazos a partir de los 40 años. «De hecho, la muerte del feto puede darse aún en ausencia de las tres primeras causas e, incluso, puede pasar que con la edad se den todas las anteriores también», dice Orós.

Según el ginecólogo, es importante que las madres sean conscientes del riesgo. «Que una mujer tenga 40 años y decida ser madre es un derecho, pero debe asumir que no es lo mismo que tenerlo con 27 años», insiste el médico. En el hospital Clínico asegura que, a pesar de que los embarazos se han reducido un 30% en los últimos años, las consultas por problemas durante la gestación han aumentado. ¿La causa? Según Orós es debido «a la edad del embarazo y el sobrepeso en la madre», explica. Indica a este respecto que «estamos teniendo que actuar en más embarazos y más veces de las que nos gustaría tener que hacerlo, porque la gestación cada vez se complica más».

Por su parte, los sociólogos consideran que este aumento de la edad para ser madre tiene que ver más con factores socioeconómicos que culturales. «El retraso de la natalidad va unido con el que vive la emancipación y con la inestabilidad laboral», asegura Diego Gastón, sociólogo de la Universidad de Zaragoza.

En la actualidad, según el informe estatal del Consejo de la Juventud de España (CJE) sobre la emancipación juvenil en el país, la media de edad en la que los hijos abandonan el domicilio familiar ronda los 30 años. «Si no hay una estabilidad en este sentido, el retraso económico y laboral conlleva a la demora de la maternidad», asegura Gastón.

Techo de cristal

Y el problema, según el experto, se incrementa debido a la falta de ayudas sociales con respecto a la maternidad y la paternidad. «En otros países de la Unión Europea la natalidad y la emancipación tienen unas cifras más positivas porque las personas tienen acceso a más ayudas», expone. Aunque dice que «muchas veces no solo son necesarias este tipo de asistencias económicas y ejemplo de ello es Canadá, donde, a pesar de las ayudas, la natalidad mejoró gracias a la inmigración».

El sociólogo considera que la elección de tener hijos a una determinada edad no tiene tanto que ver con lo cultural. «Se trata de una decisión voluntaria en la que intervienen la vida y el trabajo que decide tener esa persona», asegura. Pone el foco en el mundo científico para ejemplificar su argumento. «En la universidad, entre los 35 y los 40 años, hay un decrecimiento de mujeres dedicadas a la investigación y ello tiene que ver con la decisión o no de ser madre», explica.

«La maternidad muchas veces supone un lastre dependiendo de sus condiciones laborales, porque sin ninguna duda sigue habiendo techo de cristal y ello afecta también en la edad a la que se decide ser madre o no», insiste. 

Suscríbete para seguir leyendo