Salud Pública

La tosferina concentra hasta hoy el 72% de casos de todo 2023 en Aragón

En la última semana se han notificado 21 casos y ya van 128 en dos meses frente a los 176 del año pasado

La vacunación en embarazadas y la población infantil ha "mejorado la situación"

Vacuna a un bebé.

Vacuna a un bebé.

Eva García

Eva García

En lo que va de año se han notificado un total de 128 casos de tosferina (21 en la última semana), según el último boletín epidemiológico, publicado este jueves. Una incidencia «muy alta» como demuestra que el año pasado, que fue cuando comenzó a notarse la tendencia, hubo 176, por lo que en solo dos meses se concentran el 72% de todos los casos de 2023. 

Desde inicio de año se han dado casos todas las semanas, siendo del 21 al 28 de enero y del 5 al 11 de febrero las que han concentrado más casos con 22. En las dos últimas también se han superado la veintena de notificaciones.

A nivel nacional, en febrero se dio un brote en Guadalajara con casi 200 afectados, la mayoría de entre 5 y 13 años; y otro en Albacete, con casi 150.

La enfermedad tiene «ciclos y brotes cada tres o cinco años», asegura Elena Javierre, presidenta de la asociación aragonesa de pediatría de Atención Primaria y pediatra en Villanueva de Gállego. la última fue entre 2011 y 2015, pero luego «con la pandemia se trastocó".

También Teresa Cenarro, pediatra en el centro de salud de Sagasta, confirma este «importante aumento», aunque «no es extraño, ya que se trata de una onda epidémica habitual». 

La tosferina, asegura Cenarro, es un proceso respiratorio que comienza como un catarro, pero se caracteriza por producir tos en accesos fuertes, muy molestos, que «producen incluso vómitos». Sin embargo, no se trata de «un cuadro grave» y, además, es de fácil diagnóstico porque «tenemos acceso a la pcr y en poco tiempo hay diagnóstico y tratamiento efectivo», asegura. Por eso, ante cualquier sospecha, se realiza la prueba.

Desde las consultas de Pediatría tienen siempre presente la enfermedad en los casos en los que «se prolonga la tos durante más de dos semanas», define Javierre, que añade que en los lactantes puede producir «pausas de respiración o apneas» pero sin fiebre. Y en los adultos y adolescentes «tos prolongada». 

El tratamiento es «efectivo», señala Cenarro, aunque además, hay que «aislar al paciente durante los cinco días que dura el tratamiento y también se trata al núcleo familiar, a los convivientes para cortar la cadena epidemiológica», afirma.

Es en los pequeños de 6 años el diagnóstico más difícil porque la «vacunación ha mejorado la situación». También la vacunación entre las embarazadas que son los «grupos de riesgo», cuenta Javierre, sobre todo si se «ponen las dosis correctas». Sin embargo, asegura que la eficacia suele alcanzar como mucho los 7 años por lo que si la última dosis se pone a los 6 son los «adolescentes y adultos los que tienen baja la tosferina porque hace mucho que recibieron la vacuna».