SEMANA SANTA 2024

Opinión | Influencias en la Semana Santa de Zaragoza

La Semana Santa no es ajena a las diferentes modas y corrientes. Se trata de una celebración viva que ha ido cambiando

La Semana Santa de Zaragoza ha recibido influencias de otras celebraciones.

La Semana Santa de Zaragoza ha recibido influencias de otras celebraciones. / J. V. L.

Javier Velázquez López

La Semana Santa de Zaragoza es diversa y plural, y lo es porque combina las influencias de múltiples celebraciones de diferentes zonas de España, con elementos totalmente genuinos y autóctonos, que incluso también se han exportado a otras zonas geográficas.

La Semana Santa no es ajena a las diferentes modas y corrientes, así ha sido a lo largo de su historia. Se trata de una celebración viva y como tal ha ido cambiando a lo largo de la historia a la par que la sociedad que la celebraba.

En nuestra ciudad los elementos centrales han ido cambiando, siguiendo las costumbres que también se iban sucediendo en el resto de la península.

Pasando de las primeras celebraciones pasionistas centradas en la disciplina y penitencia severa, sin apenas imágenes, incorporando novedades iconográficas como la de Jesús con la Cruz a cuestas, para pasar con el tiempo a la labor catequética de la procesión del Santo Entierro, organizada por una única hermandad, con la muestra de diferentes pasos con los diferentes momentos de la pasión, bien vista por autoridades eclesiásticas y civiles, para finalmente desembocar en las múltiples cofradías actuales con el toque del tambor como elemento aglutinador principal.

En esos diferentes momentos de la historia de la Semana Santa de Zaragoza, la ciudad no ha sido ajena a las diferentes corrientes de la celebración, adoptando en muchos momentos diferentes estilos y corrientes que ya estaban implantadas con éxito en otros lugares, pero que se adaptaron transformándolos a la idiosincrasia de los zaragozanos, junto con otros elementos que nacieron en nuestra ciudad y que no se pueden encontrar en otros lugares.

Las diferentes influencias las vamos a poder ver tanto en las imágenes que se procesionan como en los pasos donde se llevan, así como en la forma de portar estos, pero también las veremos en los diferentes acompañamientos musicales, en los atributos y en los hábitos que portan los cofrades, incluso en la forma de procesionar.

Normalmente se importan los modelos de éxito y es por ello que las principales influencias provienen de zonas que supieron crear una celebración lo suficientemente atractiva para que se fijaran otras que intentaron adaptarlas en las suyas. Por eso las principales influencias provienen de las Semanas Santas más populares, conocidas y fuertemente implantadas en España, como puedan ser la Semana Santa de Sevilla, la de Castilla y León, la del levante murciano y, por cercanía, la Semana Santa del Bajo Aragón.

No todas las influencias que se han incorporado han podido replicar el modelo de éxito de su lugar de origen, esto es debido a que no solo se trata de copiar algo, hay que contar que muchas veces los modelos no son solo un estilo, una forma de celebrar, sino el conjunto del clima, el ambiente creado o el carácter del público que lo contempla.

Muchas de las veces las decisiones de incorporar algunos de los elementos en nuestra celebración han sido incluso tomadas por una persona, bien por gustos estéticos o por ascendencia sobre sus localidades de origen y con el tiempo estas decisiones personales se han convertido en elementos principales de la celebración.

Intentaremos ir desentrañando a lo largo de la semana lo que estamos viendo en la calle que ha sido influenciado desde el exterior y por qué, pero también trataremos de describir los elementos que pueden ser considerados totalmente autóctonos y únicos en la Semana Santa de nuestra ciudad, así como también los modelos zaragozanos que se han exportado a diferentes zonas.