PROYECTOS ESTRATÉGICOS DE LA CAPITAL ARAGONESA

Zaragoza quiere exprimir el sol: estos son los proyectos que están en cartera

Natalia Chueca quiere rematar el ambicioso proyecto que comenzó Azcón: conseguir que la capital aragonesa sea una ciudad climáticamente neutra en 2030

Un operario transporta una placa solar

Un operario transporta una placa solar

Carlota Gomar

Carlota Gomar

Zaragoza tendrá su primera planta solar urbana en un cementerio, en el de Torrero, donde se aprovecharán las cubiertas de la zona sur del camposanto para instalar placas solares y convertir estas instalaciones en sostenibles y autosuficientes. El nuevo parque fotovoltaico, que estará operativo en un año, generará 5,3 millones de kilovatios al año, el equivalente a lo que gastan 3.000 zaragozanos, y supondrá una inversión de 2,4 millones de euros.

Este ambicioso proyecto es solo el pistoletazo de salida de un modelo que inició el anterior alcalde, Jorge Azcón, y que quiere rematar ahora Natalia Chueca, que tiene por delante el reto de conseguir que Zaragoza sea una ciudad climáticamente neutra en 2030. Para alcanzarlo, la ciudad ha apostado por la electrificación de la flota de autobuses, la rehabilitación de vivienda, la creación de espacios más verdes, la optimización del ciclo del agua y el autoconsumo, exprimiendo el sol.

El barrio solar del Actur: de pionero a único.

Con más de un año de retraso, el pasado mes de octubre cerca de 200 vecinos y comercios de los alrededores del pabellón Siglo XXI se engancharon al consumo verde que, además de sostenible, ha permitido abaratar sus facturas de la luz. Este proyecto era solo el comienzo de un plan que, según dijo Jorge Azcón como alcalde de la ciudad, iba a replicarse en siete barrios de la ciudad. Todo dependía, eso sí, de la llegada de fondos europeos para financiarlos. Pero en eso se quedó, en un plan en expansión a futuro.

El gran proyecto que iba a cambiar el consumo en Zaragoza.

En junio de 2020, la ahora alcaldesa de Zaragoza anunció en rueda de prensa junto al concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, un proyecto de agrupaciones de consumidores dirigidas al autoconsumo que exigía la colaboración público-privada y que iba a marcar un antes y un después de la capital. La capital iba a crear sus primeras comunidades energética en los polígonos de Malpica y Empresarium y Cogullada, e iba instalar paneles en los aparcamientos al aire libre.

Comunidades energéticas en los polígonos.

En abril de 2023, Urbanismo licitó dos plantas solares en los polígonos Empresarium y Malpica que iban a entrar en funcionamiento en un año y a generar energía verde suficiente como para abastecer a las empresas de los dos complejos industriales.

El ayuntamiento, que planteaba ceder los suelos durante 25 años, estimaba unos ingresos de 7,7 millones como mínimo, pero la licitación resultó desierta. Urbanismo quiere volver a impulsar el plan de comunidades energéticas y licitarlo en las mismas condiciones. Según argumentaron en su momento, el plan fracasó por falta de información, «no por una cuestión económica».

Aparcamientos con techos solares.

Decía Natalia Chueca, entonces como concejala de Movilidad y Servicios Públicos, que había que aprovechar al máximo el espacio disponible en el dominio público utilizado como zona de estacionamiento para instalar centrales de producción fotovoltaica.

Para rentabilizar esta idea, optó por la fórmula de la concesión demanial, por 25 años, para impulsar la colocación de paneles solares en las zonas de aparcamiento que debían de haberse puesto en marcha en el segundo semestre de 2023. Con un precio de salida de 6,5 millones, el Actur, el Arrabal y La Jota fueron los barrios elegidos para repartir placas en 20.000 metros cuadrados y producir al año 6.300.000 Kwh, con una potencia mínima instalada de 3,9 Mw. Pero el lote del Actur quedó desierto y la adjudicataria del Rabal acabó renunciando al contrato al no conseguir financiación.

Desde entonces, nada se ha sabido al respecto, salvo que se iban a analizar los pliegos para tratar de adaptarlos al mercado y que fueran más atractivos.

Las azoteas de los colegios y edificios como campo de minas.

El ayuntamiento tiene en marcha un plan para instalar placas solares en las cubiertas de los edificios municipales y los colegios públicos, exceptuando la casa consistorial, el Seminario o el cementerio de Torrero, donde se va a crear la primera planta solar urbana. El objetivo no es otro que conseguir que sean autosuficientes y sostenibles. De los 756.258 metros cuadrados que suman las azoteas de 311 edificios públicos que hay en la capital, solo 214.571 serían útiles, es decir, el 28,4%.

En cuanto a los centros educativos, se calcula que hay 83.159 metros cuadrados útiles para colocar placas, que permitirían producir 17.459 kWh y dejar de emitir 4.295,10 toneladas de CO2. La inversión para construir todas las instalaciones ascendería a 12,8 millones.

Por otra lado están el resto de edificios municipales, como pabellones (salvo el Príncipe Felipe), centros cívicos, deportivos, de mayores, escuelas infantiles, salas multiusos o juntas municipales,... Así hasta 95 inmuebles analizados de los que se podrían utilizar 131.412 metros cuadrados, un 50% de su superficie. En este caso se generarían cada año 11.211 kWh y se evitará la emisión de 2.757,99 toneladas de CO2. Para ello, primero el ayuntamiento tendría que invertir 8,4 millones en las instalaciones necesarias.

Por ahora, ya hay operativas una treintena de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo con una potencia global de 197 kW.

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