LOGÍSTICA

Los transitarios negocian mejorar las aduanas agroalimentarias de Aragón

Junto al clúster de la logística, el Gobierno de Aragón y la Agencia Tributaria, plantean ampliar las habilitaciones del Puesto de Inspección Fronteriza de Plaza para evitar llevar las supervisiones a Bilbao, Barcelona o Valencia e incluir supervisiones de productos perecederos

Mercancías en Mercazaragoza, en una imagen de archivo.

Mercancías en Mercazaragoza, en una imagen de archivo. / JAIME GALINDO

Tras el carpetazo al proyecto para instalar una zona franca en Plaza (Plataforma Logística de Zaragoza), los agentes implicados en la política aduanera de Aragón no se han bajado del barco. Los transitarios y las empresas logísticas creen que con poco se puede hacer mucho, por lo que trabajan de la mano del Gobierno de Aragón y la Agencia Tributaria en una ampliación de los servicios paraaduaneros. Estos esfuerzos van a traducirse en una ampliación de las habilitaciones del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) de Plaza, lo que servirá para incrementar la capacidad de inspecciones in situ en Aragón y evitar desplazamientos a Bilbao, Irún, Barcelona o Valencia simplemente para pasar los controles aduaneros y que corta en cierto modo las alas de algunas empresas afincadas en el corredor del Ebro.

Este paso adelante, para el que todavía faltan flecos por cerrar, permitiría, por ejemplo, que las mercancías perecederas fuesen inspeccionadas desde Zaragoza. Con ello se busca potenciar sobre todo la industria agroalimentaria, cuyos transportes van preferentemente por carretera, tren o mar, sobre todo con el auge del porcino, la fruta e incluso el pienso. 

«Aunque disponemos de inspectores, nos faltan medios físicos, lo que implica que tenemos que acudir al puerto de Barcelona, de Valencia, de Irún o Bilbao y pasar las inspecciones físicas obligatorias en una zona habilitada para ello», critica Ismael de Marcos, presidente de la Asociación de Transitarios de Aragón (Ateia). 

Así se explicado este jueves en el foro organizado por esta entidad en el Monasterio de Cogullada, que contó con la presencia de primeros espadas del mundo de la logística autonómica y representantes de los puertos de Barcelona o Valencia, y en la que se reivindicó la pujanza del sector en Aragón al tiempo que se exigió «empezar a dar pasos adelante, porque llevamos varios hacia atrás», según resumió Mariano Aso. Hacía referencia a los asuntos aduaneros, en los que Zaragoza ha perdido varias habilitaciones.

«Lo principal es un recinto que debe estar autorizado tanto por la Agencia Tributaria como por el ministerio correspondiente, ya sea Agricultura, Sanidad u otros, que permita inspecciones paraaduaneras, lo que supondrá un aumento de la competitividad y una mejora de los servicios porque el operador trabajará con un inspector que conoce su producto», profundizó Ismael De Marcos. «No es lo mismo que el exportador de cereza hable con el inspector de agricultura de Zaragoza, que es el que viene a nuestras instalaciones, que uno de Barcelona o Bilbao que no conoce nuestras mercancías. Es todo más sencillo y la cadena de seguridad es más segura para los clientes», añadió.

A este respecto, hace unos meses se conformó un grupo de trabajo que conforman la sociedad pública Aragón Plataforma Logística, el clúster ALIA, la Agencia Tributaria y la Delegación de la DGA_para tratar asuntos tributarios para los importadores y exportadores.

Como las inversiones para lograr estos servicios o ventajas son muy altos para los operadores privados, muchas veces estos se ven obligados a elegir entre esa inversión para lograr un contrato a corto plazo o desechar ese potencial acuerdo.

Carpetazo a la zona franca

Además, en el foro se dio por desechado el proyecto de zona franca, dado que este sirve en exclusiva para entender que una mercancía no ha entrado en la Unión Europea a nivel de impuestos, porque se entiende que se mantienen en suspenso. Estos regímenes supensivos ya se pueden aplicar en empresas que se dedican en exclusiva a la transformación de productos basados en algunos parámetros, como el automóvil. «Es una figura interesante para aplicar en proyectos muy concretos que los requieran específicamente», como podría serlo una fábrica de baterías si su negocio está basado en transformar materias primas. «Lo que llegamos a entender del Gobierno de Aragón es que entendían que la zona franca era necesaria, y nosotros vimos que no. Si quieres ofrecer servicios a las empresas ya instaladas es bastante más interesante crear una serie de servicios paraaduaneros, que es en lo que estamos trabajando», concluye De Marcos.