Política

Contracrónica | Sánchez sobrevuela la emoción política de Lambán en Madrid

El expresidente aragonés y aún líder socialista en Aragón presentó ayer sus memorias en la capital, en un acto cargado de simbolismo con la presencia de compañeros de partido como Felipe González, Alfonso Guerra o Emiliano García-Page

Javier Lambán (centro), junto a Emiliano García-Page, Felipe González y Alfonso Guerra, entre otros.

Javier Lambán (centro), junto a Emiliano García-Page, Felipe González y Alfonso Guerra, entre otros. / PSOE

Alberto Arilla

Alberto Arilla

No fue precisamente el acto más sanchista, aunque, para que engañarnos, la noticia hubiese sido que lo fuera. Las memorias de Javier Lambán aterrizaron este miércoles por la tarde en Madrid, en un acto presentado por el poeta aragonés, Manuel Vilas, y por el socialista Javier Fernández, otrora presidente de la gestora de la Ejecutiva nacional tras la crisis de un PSOE dividido en dos facciones desde la investidura de Rajoy en 2016. No fue casual su elección como voz acompañante de Lambán, que no dudó en definir a Fernández como el mejor «sucesor» de los que había en liza en 2014 tras la dimisión de Rubalcaba. «Lo pensaba hace diez años, y lo sigo pensando. Era lo que necesitaba el partido», apostilló Lambán, instantes antes de comenzar a desengranar las entrañas de su libro.

Esta fue tan solo la primera vez que sus desencuentros con Pedro Sánchez sobrevolaron el ambiente de la capital española. Si bien no reparó en mencionar al presidente del Gobierno de forma directa, el simbolismo que rodeaba la sala estaba cargado de distantes que reafirman la opinión del aún secretario general del PSOE aragonés. No fueron menores sus elogios a Emiliano García-Page, el otro gran crítico de entre los barones que los socialistas tienen repartidos por el territorio nacional. A juicio de Lambán, el «único socialista que sabe cómo ganar elecciones a la derecha» y que, además, tiene una cualidad que lo diferencia del resto. Especialmente, de Sánchez: «Para gobernar no tiene que recurrir a ningún tipo de artificio insano que mezcle agua con aceite. Se basta y se sobra con los votos de los socialistas castellanomanchegos».

Artificios que, a juicio del expresidente aragonés, quien también se vio obligado a pactar con hasta tres partidos para gobernar la comunidad, tienen su peor expresión en los pactos con los nacionalismos, antítesis de un socialismo que, según Lambán, nació para «combatirlos». Sea como fuere, para el político ejeano el socialismo español tardará en recomponerse «lo que tarde en reconocer los méritos y habilidades de Emiliano García-Page».

Tampoco eran especialmente proclives a la gestión de Pedro Sánchez los grandes nombres que ocupaban las primeras filas. Véase Felipe González, véase Alfonso Guerra. Dos personajes que contribuyeron, según la percepción de Lambán, reivindicada cada vez que tiene la posibilidad de reivindicarla, de «inaugurar la etapa de oro del socialismo español». Una época en la que, en referencia a una de las frases más repetidas por Sánchez en los últimos meses, «el país no hacía de la necesidad virtud, sino de la virtud necesidad».

Ahora, especificaba Lambán, el PSOE se ha sumido, al igual que el resto de la política, en un sentimiento de «tribulación» para el que los dos grandes partidos, el socialista y el popular, tienen la opción de «sumarse al cinismo o tratar de inaugurar una nueva etapa». Y esa nueva era, tan añorada como deseada por el expresidente, solo será posible desde la «reacción» de comunidades como la aragonesa. Así concluyó Lambán su presentación, entre vítores de sus allegados y sin rastro, al menos directo, de Pedro Sánchez. Ni tampoco de su multa.