Dragan Sakota y Sean Kilpatrick no son los primeros ni tampoco serán los últimos. El Casademont Zaragoza está viviendo una auténtica revolución continua esta temporada. Obligado por las lesiones o abocado por el bajo rendimiento del equipo, la entidad ha realizado ya seis movimientos en la plantilla, ha cambiado el cuerpo técnico y hasta la dirección deportiva. Pero aún hay más. Kilpatrick ocupa plaza de extracomunitario, por lo que ahora el Casademont cuenta con tres de esas licencias cuando solo puede utilizar dos por partido, así que Mobley apunta a ser el sacrificado. Además, la entidad todavía busca un pívot en el mercado.

Los primeros movimientos vinieron motivados por bajas importantes en el equipo. Estos últimos llegan para intentar enderezar un rumbo que ha ido torciéndose cada vez más esta temporada. De hecho, con diez jornadas solo por delante, el Casademont está solo un triunfo por encima de los puestos de descenso. Una única victoria le separa del Burgos, su rival este sábado en un duelo crucial para su suerte final. Para este duelo habrá cambios más que significativos en el equipo.

Dragan Sakota se hace cargo de la plantilla desde este martes para sustituir a Jaume Ponsarnau, despedido hace una semana. No ha sido la única novedad en el cuerpo técnico, que ha recuperado a Sergio Lamúa después de su experiencia en el Levitec Huesca La Magia. También la plantilla presentará cambios. Sean Kilpatrick llega para sumar físico y puntos en el perímetro y su llegada deja sin sitio a Matt Mobley, puesto que solo pueden jugar dos jugadores con licencia extracomunitaria y ahora el equipo cuenta con tres (Kilpatrick, Mobley y Bone). Otra cuestión será ver qué roles asigna Sakota después de que Bone lleve varias semanas jugando de escolta.

A la espera de que llegue también un pívot, el Casademont Zaragoza que va a terminar la temporada va a ser notablemente diferente del que la comenzó. Ya no están ni los principales encargados de diseñarla. Pep Cargol y Jaume Ponsarnau salieron del club con poco más de un mes de diferencia y ahora son Toni Muedra y Dragan Sakota quienes deben tomar las decisiones. El planteamiento inicial del Casademont fue Cook, San Miguel y Javi García como bases, Mobley como referencia anotadora, Okoye, Yusta y Font completando el perímetro; Radoncic y Vanwijn en el cuatro y McLean, Hlinason y Vilá al cinco.

De esa idea inicial el único puesto que no se ha tocado es de ala-pívot, aunque no porque sea el que mejor rendimiento está ofreciendo. Antes de empezar a jugar las lesiones de Yusta y Cook trajeron a Zaragoza a Waczynski y Sipahi. El primero se ganó la continuidad y el segundo nunca terminó de encajar. A finales de octubre el Casademont aprovechó la baja por lesión de McLean, que tampoco había sido lo esperado, para remodelar el puesto de pívot. La entidad insistió en la idea de un cinco pequeño y fichó a Deon Thompson, que toda la vida ha sido un cuatro, por lo que ha mantenido hasta ahora sus problemas interiores. Ahora vuelve a buscar un pívot en el mercado para solucionar ese agujero.

Más fichajes

El rendimiento de Sipahi fue especialmente bajo aunque al Casademont le costó casi dos meses encontrar un reemplazo. Se trajo a Jordan Bone del Besiktas cuando Cook ya estaba preparado para volver al grupo. Además de la salida del base turco, el gran damnificado fue Javi García, que se quedó sin sitio y fue cedido al Levitec Huesca La Magia. Lo curioso es que Bone, que llegó para reforzar la posición de base, acabó convertido en escolta titular por decisión de Jaume Ponsarnau y el equipo se quedó también sin la aportación de Mobley en ese puesto.

A mitad de diciembre se lesionó Stan Okoye pero la entidad no realizó ningún fichaje al considerar que había jugadores suficientes en el perímetro con la llegada de Bone y la recuperación de Yusta, que debutó el mismo día en que se lesionó el nigeriano. El Casademont empezó el nuevo año con Cook, San Miguel y Bone en el uno, Mobley, Yusta, Font, Waczynski por fuera; Radoncic y Vanwijn al cuatro y Thompson, Hlinason y Vilá por dentro. Eso tampoco funcionó y el equipo iba dando una de cal y otra de arena sin terminar de encontrar la consistencia en su juego ni la regularidad en los resultados.

La clasificación apretaba cada vez más y el club empezó a acometer cambios de mayor calado. Febrero empezó con la salida de Pep Cargol de la dirección deportiva después de casi cuatro años en el puesto. Toni Muedra no quiso tocar nada cuando llegó y tan solo se produjo la salida de Vilá, al recibir una oferta del Granada, y el regreso de Jaime Fernández. Las derrotas ante Gran Canaria y Tenerife sentenciaron a Jaume Ponsarnau y ahora Muedra sí ha tenido que intervenir. Dragan Sakota va a disponer de Cook, San Miguel y Bone como bases, Kilpatrick, Bone (mientras no salga), Yusta, Font, Waczynski en el perímetro; Radoncic, Vanwijn, Thompson, Hlinason y Fernández por dentro, a la espera de un nuevo pívot.