SUCESOS EN ARAGÓN

Triodos Bank devuelve casi 120.000 euros a un jubilado turolense por "engaño del banco"

La entidad recurrió la sentencia y retiró su propia apelación ante la Audiencia de Teruel

El fallo del juez alega que la víctima no habría invertido si se le hubiera informado legalmente

Triodos Bank cuenta con oficinas en el centro de Zaragoza, concretamente, en el número 13 de paseo Pamplona.

Triodos Bank cuenta con oficinas en el centro de Zaragoza, concretamente, en el número 13 de paseo Pamplona. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Teruel emitió el pasado mes de marzo la primera sentencia condenatoria a Triodos Bank en Aragón por los llamados Certificados de Depósitos de Acciones (CDAs). Si bien la entidad bancaria presentó un recurso ante la Sección Única de la Audiencia Provincial de Teruel, los propios servicios jurídicos del banco han retirando recientemente su propia apelación y ya han abonado los 117.500 euros a un jubilado turolense que había confiado en la llamada banca ética para depositar los ahorros de toda su vida. Ha sido «un alivio» en palabras del hijo de la víctima, que hace de interlocutor con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN debido al delicado estado de salud de su padre.

Así, la entidad financiera debía abonar los más de 84.707,74 euros y los intereses legales que este jubilado turolense, defendido por el abogado navarro Iñaki Iribarren, había invertido en lo que se le había vendido «como un producto de ahorro con una alta rentabilidad». Sin embargo, lo que se acabó encontrando es la imposibilidad de retirar el dinero con motivo de la pandemia pese a que anteriormente siempre se había podido extraer en un plazo de tres días.

«Esto fue escalando poco a poco. Primero te dicen que estamos con el covid y te lo crees, pero, cuando ya se habían levantado las restricciones, mi padre necesitaba sacar dinero y no podía», explica el hijo que, ya buscando luego por Internet, «te das cuenta de dónde estás metido». «Tienes la imagen de que lo tienes en un sitio seguro, pero ahí ya eres consciente de que los ahorros de tu vida están en un esquema muy difuso», lamenta.

Su padre se puso en manos de Triodos Bank «sin tener conciencia» de lo que podía suceder y, precisamente, así lo recoge la sentencia redactada por el magistrado Jerónimo Cano de Lasala. «Se trata de un jubilado sin estudios ni conocimientos financieros y con claro perfil de ahorrador. Desconocía las verdaderas características del producto y se le ha colocado un producto de riesgo y enorme complejidad sin facilitar la información correcta y adecuada», argumenta el juez.

De hecho, según los servicios jurídicos consultados por este diario, los CDAs eran comercializados como un producto de ahorro sin riesgo, con una alta rentabilidad y fácil liquidez. Todo lo contrario: tienen una calificación de riesgo 6/6 -desde Triodos aseguran que "siempre" se han comercializado así- y, además, se modificaron unilateralmente las obligaciones esenciales del contrato. «Los abogados han hecho un trabajo fantástico y la Justicia ha entendido cuál era la situación de mi padre», agradece.

«Un bien a la sociedad»

El hijo asegura que su familia confiaba en la banca ética por ese discurso de «ver qué es lo que se estaba haciendo con tu dinero» en materia de proyectos sociales, renovables o agricultura ecológica. «El dinero nunca ha sido lo preferente en mi familia, pero siempre hemos sido ahorradores. Somos el tipo de cliente que no invertiríamos en preferentes porque no buscamos eso, sino que hiciera un bien a la sociedad. Llega un punto en el que ves que no tienes dinero y, la entidad en la que confiabas, es de todo menos fiable», defiende.

"Hay pocas opciones de banca ética en España y, desde luego, este slogan no es adecuado para Triodos", dice el hijo de la víctima

El sentimiento que le invade desde entonces es el de decepción con Triodos Bank por la confianza que habían depositado en dicha entidad financiera. «Hay pocas opciones de banca ética en España y, desde luego, este slogan no es adecuado para Triodos. Mi padre estaba ahí por eso y es una mancha muy fea. Es una pena que hagan esto a nivel de sistema», lamenta.

Su caso, pionero en Aragón al tratarse de la primera sentencia condenatoria que contabiliza la comunidad, puede marcar un antes y un después en otros tantos afectados aragoneses. En su día fue la quinta que se pronunció a nivel nacional y, a ella, le han ido siguiendo otras tantas en Tortosa, Vitoria o Valladolid tras las primeras de Navarra o Majadahonda. A su padre le ha tocado la Lotería de Navidad en pleno mes de julio. «Estamos felices», finaliza.