DESAPARECIDO

Aparece en buen estado el enfermo de alzheimer desaparecido en Zaragoza

Ha sido localizado en la zona del Galacho de Juslibol tras casi 24 horas de búsqueda

Zona del galacho de Juslibol por la que han encontrado al desaparecido.

Zona del galacho de Juslibol por la que han encontrado al desaparecido. / José Miguel Calvo

El Periódico de Aragón

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Jesús Vilellas Lozano, vecino de Zaragoza de 62 años, ha sido localizado por un agente forestal tras casi 24 horas de búsqueda en buen estado de salud aparente, aunque visiblemente desorientado, en las inmediaciones del Galacho de Juslibol. De todos modos, le han llevado hasta el hospital Miguel Servet para hacerle un chequeo y confirmar su buen estado de salud.

"Efectivos de la Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza han localizado hace poco al vecino zaragozano que estaba desaparecido desde ayer, y en cuya búsqueda, a solicitud de Policía Nacional, participaban distintas unidades de Bomberos, Policía Local, Voluntarios de Protección Civil y Unidad Verde", apuntaron fuentes del consistorio.

"Los efectivos municipales le han localizado en el entorno del Galacho de Juslibol y se encuentra en buenas condiciones, aparentemente. Hasta el lugar se desplaza ahora una ambulancia de Bomberos de Zaragoza para su evaluación y asistencia. Ya han sido notificados tanto la Policía Nacional como la familia", agregaron.

Con la localización de Jesús se cierran casi 24 horas de incesante búsqueda por parte de la Policía, Guardia Civil y Bomberos, así como de Protección Civil. El hallazgo de este vecino zaragozano se ha producido cerca del Galacho de Juslibol, donde ha sido localizado y se encontraba desorientado. Precisamente esa desorientación parece ser la causa de su desaparición durante el sábado, ya que la hija de Jesús, que denunció su desaparición, ya precisó en ese instante que su padre padecía alzhéimer.

Una misteriosa desaparición en Zaragoza desataba este sábado un importante dispositivo de búsqueda que era, prácticamente, como buscar una aguja en un pajar. Todo comenzaba en torno a las 16.15 horas, cuando la Policía Nacional recibía un aviso de una mujer que alertaba de que su padre se encontraba en apuros en una zanja de la ciudad. Se trataba de un hombre de 62 años, identificado como Jesús Vilellas Lozano, vecino del Arrabal, en la margen izquierda del Ebro, y que padece problemas de salud mental. En un primer momento se apuntaba a que sufre de alzhéimer. Pero no tenía más pistas de su ubicación porque se perdió la señal del teléfono y ya nadie podía volver a contactar con él. Lo único que podía añadir es que, según le había explicado él, había salido a pasear al perro y entonces había sufrido la caída accidental.

Rápidamente se montó un dispositivo en el que a lo largo de la tarde, además de la Policía Nacional, se incorporaban los Bomberos de Zaragoza, la Policía Local y la Guardia Civil. Porque el lugar donde habitualmente salía con el perro a pasear era el entorno de Movera, y allí se localizaba en un primer momento el rastreo, una búsqueda a ciegas entre Movera y el Arrabal que obligaba a abrir un radio de acción de varios kilómetros de distancia.

Obviamente, se desconocía en todo momento el estado en el que se podía encontrar Jesús y las horas iban pasando con decenas de efectivos desplegados en el dispositivo. Y no escatimaron medios. Solo los bomberos han enviado a este fin una unidad de mando y comunicaciones, otra de personal y carga, una bomba pesada mixta, dos unidades de personal y carga, y otros dos vehículos de Protección Civil.

Con el paso de las horas se intensificaba el rastreo en Movera, cerca del cauce del Ebro, que es la zona por la que habitualmente llevaba al perro a pasear, y ampliando a más superficie el ámbito de rastreo contando con que quizá alguien pudiera localizar el perro, que habitualmente en estos casos no suelen separarse de su dueño. Pero no hay muchas zanjas en este barrio rural de Zaragoza y mucho menos en el entorno natural más próximo al casco urbano.

Operativo de búsqueda del desaparecido.

Operativo de búsqueda del desaparecido. / Jaime Galindo

Pero descubren que el perro en realidad se encontraba dentro del piso de Jesús en el Arrabal, ubicado concretamente en la calle de la Rambla, paralela al paseo de la Ribera y muy próxima al cauce del Ebro en Zaragoza.

Este hallazgo da un importante giro al dispositivo de búsqueda, que a pesar de mantenerse el rastreo en Movera, empieza a focalizarse principalmente en el barrio del Arrabal. Al fin y al cabo, son varios los servicios de emergencia los que trabajan de forma coordinada sobre el terreno y las horas pasan sin noticias de dónde puede estar Jesús. Obviamente, en el Arrabal hay más zanjas, pero no tantas como cabría esperar.

Una línea de investigación surgida durante la búsqueda apunta a que quizá, en lugar de una zanja, Jesús se refería a un zarzal, lo que cambia de forma notable la pista a seguir y las zonas en las que buscar.