DEFUNCIÓN EN EXTRAÑAS CIRCUNSTANCIAS

Una anciana muere en un hospital de Zaragoza y resucita en el tanatorio de Torrero

La mujer murió al día siguiente y la Policía ya investiga las causas del suceso

Regresó al hospital donde habían certificado su defunción y perdió la vida 19 horas después

El extraño fallecimiento registrado en Zaragoza se certificó en dos ocasiones en el hospital San Juan de Dios.

El extraño fallecimiento registrado en Zaragoza se certificó en dos ocasiones en el hospital San Juan de Dios. / EL PERIÓDICO

D. L. G.

El hospital San Juan de Dios de Zaragoza registró esta semana un episodio extraño, de los que sorprenden a toda la población por las circunstancias que rodean al caso. Se trata del fallecimiento de una anciana de 90 años que murió dos veces en solo 24 horas. Sí, se le dio por muerta el pasado día 18 y volvió a certificarse su defunción al día siguiente después de que regresara de madrugada a las instalaciones sanitarias tras haber resucitado en el tanatorio municipal del cementerio de Torrero cuando se le preparaba para el velatorio previo a su funeral.

Los hechos, al margen de lo sorprendente y llamativo del caso, están ahora en manos de la Policía Nacional, que ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido y determinar si en ese tránsito entre la vida terrenal y celestial se ha cometido alguna irregularidad o negligencia. O si hay responsabilidades derivadas de ello, algo que se determinará con las pesquisas ya iniciadas.

Todo sucedió pasado lunes. En torno a las once de la noche, los responsables del hospital San Juan de Dios de Zaragoza notificaron a la familia el fallecimiento de esta mujer de 90 años de edad asegurando que se debía a causas naturales. No hubo circunstancias puntuales o sobrevenidas que precipitaran su muerte y así se lo hicieron saber a su hija, a la que le comunicaron la defunción de su madre.

Cuando ella llega al centro hospitalario, según ha podido saber este diario, el personal del hospital le comunicó que no pudo ver el cuerpo de su progenitora porque este ya se encontraba en el mortuorio y solo quedaba esperar a que llegara el traslado del mismo hasta el cementerio municipal de Torrero.

Aviso del tanatopractor

Así se procedió a continuación. Se llamó a la funeraria encargada de recoger el cadáver y de llevarlo hasta el camposanto de Zaragoza para iniciar el tránsito habitual previo al funeral, preparar el cuerpo para el velatorio que, en principio, se iba a abrir al día siguiente para que familiares y allegados pudieran darle el último adiós.

La sorpresa llegó cuando el cuerpo se encontraba en la mesa de trabajo del tanatopractor que, cuando estaba preparando el cuerpo para trasladarlo a una de las salas de velatorio, alertó de que la anciana no estaba muerta, que respiraba y que por lo tanto estaba viva. Un imprevisto que obligó a activar todos los protocolos para que la mujer regresase de inmediato al hospital por si requería atención sanitaria urgente.

A continuación, desde el cementerio municipal se produjo la llamada al 061 para que enviaran rápidamente una ambulancia y recogieran a la anciana del tanatorio. Los técnicos que llegaron al camposanto atendieron a la mujer y constataron que, efectivamente, estaba con vida. Y acto seguido se la llevaron de vuelta al hospital San Juan de Dios. Según las fuentes consultadas por este diario, allí ingresó de nuevo en torno a las cuatro de la madrugada. Es decir, apenas cinco horas después de que en ese mismo lugar se hubiera certificado su defunción por causas naturales.

Desde el centro se avisó de nuevo a la hija de esta mujer de 90 años, que en el primer aviso del centro hospitalario no había podido ver el cuerpo de su madre por estar en el mortuorio y ahora le notificaban que en realidad no había fallecido y que volvía a estar ingresada. Esta llegó a ver a su madre cuando ya se encontraba en la habitación. Aunque ese mismo día, en torno a las 18.30 horas, volvió a notificarse su defunción y, ahora sí, su fallecimiento fue definitivo.

Se desconocen los motivos que pudieron provocar este error médico, pero lo cierto es que ahora el caso está en manos de la Policía Nacional, en concreto del Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, que es el que se ha hecho cargo de la investigación. Una causa que avanza bajo la supervisión de la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza.