SUCESOS EN ARAGÓN

Juzgado en Zaragoza por dejar embarazada a su hijastra que padece esquizofrenia

Mantuvo relaciones sexuales con ella entre 2018 y 2022 pero alega que eran consentidas

Las forenses dicen que el consentimiento está «viciado» por la enfermedad que sufre

El acusado, Younes R., ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

El acusado, Younes R., ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual que llegan hasta las mesas de la Audiencia Provincial de Zaragoza son procedimientos difíciles de juzgar por los magistrados porque en muchas ocasiones solo cuentan con dos versiones contradictorias de los hechos a enjuiciar. Ayer vieron algo más de luz porque la prueba pericial practicada por las profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) acorraló a Younes R., de nacionalidad marroquí, como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales tras mantener relaciones con su hijastra e incluso dejarle embarazada de 14 semanas a pesar de que ella tiene reconocida una discapacidad del 65% por esquizofrenia. Las médicos forenses concluyeron que cualquier tipo de consentimiento que brindara la víctima está «viciado totalmente» por la enfermedad crónica que padece.

Precisamente, esta treintañera no tuvo reparo alguno en asegurar ante el tribunal provincial de la Sección Tercera que las relaciones sexuales que mantuvo con su padrastro entre 2018 y enero de 2022 habían sido consentidas. Y lo hizo con tranquilidad: primero detalló que «casi nunca» habían utilizado protección –«compré una caja de condones, me la confiscó y nunca los llegamos a utilizar», añadió–; luego aclaró que aprovechaban los momentos en que quedaban solos en casa y, para finalizar, precisó que Younes le había aconsejado mantenerlo «a modo de secreto».

Al respecto se pronunciaron las forenses, quienes zanjaron que ese consentimiento es «fruto de la patología» que ella sufre, es decir, una esquizofrenia irreversible cuyo tratamiento, además, «no tiene mucha eficacia». De dicha enfermedad se desprenden algunos síntomas como «déficit cognitivo», «incapacidad de disfrutar», «poco respeto», «comportamiento solitario» e «ideas delirantes» y, con todo ello, las forenses insistieron en que cualquier tipo de consentimiento estaba «viciado totalmente». «Ni es capaz de valorar la consecuencias ni tampoco de elaborar una predicción a futuro sobre sus relaciones sexuales. Hace una valoración nada realista de su situación, actúa como si fuera otra cosa y no lo hace como una pareja en situación de igualdad», justificaron.

La citada concatenación de episodios sexuales finalizó el 21 de enero del año pasado, cuando la madre trasladó a su hija hasta el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, donde se le practicó una prueba ginecológica para comprobar que estaba embarazada de 14 semanas. Ese día la progenitora ya interpuso denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía, activando así el protocolo de actuación ante un posible caso de agresión sexual: primero se le practicó un lavado vaginal para finalmente comprobar que el perfil genético del ADN hallado coincidía con el de Younes.

La madre explicó a los magistrados que en ese mismo momento se puso en contacto con la psicóloga para paralizar el embarazo y proceder al aborto, si bien su hija no le contó en un primer momento quién se encontraba detrás de todo ello e incluso se refería a ello «entre llantos y entre risas». «Yo me enteré de todo el mismo día en el que me dicen que mi hija está embarazada. Me quedé en shock, no sabía cómo cogerlo y no había manera de saber quién había sido», declaró.

Mientras que la acusación particular a cargo de Juan Carlos Royo solicita una pena de 14 años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales con las agravantes de parentesco y abuso de confianza y una indemnización de 40.000 euros; el ministerio fiscal pide nueve años de cárcel y una indemnización de 6.000 euros. Por su parte, la defensa insistió en la absolución de su representado al considerar que podría tratarse de «un hecho moralmente reprochable» pero «no reprobable» desde el punto de vista penal porque, debido a su enfermedad, «todos los actos sexuales serían penados».

El acusado declaró que él solo había mantenido relaciones sexuales con su hijastra antes de que llegara el verano de 2021 –«estaba en el salón durmiendo, llegó con la bata sin ropa debajo y me amenazó», dijo– e incluso defendió su desconocimiento sobre la esquizofrenia que ella sufre. No obstante, tanto madre e hija dejaron claro ante el tribunal que Younes estaba al corriente de ello por la medicación diaria que tomaba y las complicaciones derivadas de la enfermedad con ingresos hospitalarios o brotes psicóticos.