Una casualidad devuelve a Épila el horario de oficina de la Guardia Civil

El puesto de la Guardia Civil de Épila volvió a atender al público ayer en horario de oficina tras la vuelta al trabajo de uno de los agentes que se encontraba de baja y que ya ha recibido el alta médica. Este efectivo se suma a otros dos compañeros que continuaban prestando servicio de seguridad ciudadana en solitario porque el Ministerio del Interior todavía no ha cubierto las siete vacantes que permitirán completar las diez plazas asignadas a este acuartelamiento. Desde la Delegación del Gobierno en Aragón, no obstante, transmitieron al consistorio epilense que cinco puestos se cubrirán entre finales de febrero y principios de marzo.

Así lo explicó ayer el alcalde de Épila, Jesús Bazán, quien lamentó ante EL PERIÓDICO DE ARAGÓN que «todavía faltarán» dos guardias civiles más en el puesto, por lo que continuarán reivindicando la necesidad de que toda la plantilla del cuartel esté cubierta. Ayer, también de casualidad –«la fecha estaba prevista desde hace mucho», aclaró Bazán–, tomaron posesión de su cargo cuatro nuevos agentes de la comisaría de Policía Local que se sumarán al oficial y a otro agente que ya hicieron lo propio entre octubre y noviembre. La idea del ayuntamiento, indicó Bazán, es dotar a la Policía Local de «más medios» con el paso del tiempo.

Estos dos golpes de azar llegan en un momento en el que el municipio zaragozano hace frente a una oleada de robos. De acuerdo al recuento que maneja la Asociación de Vecinos de Épila, desde el 4 de diciembre de 2023 hasta el 2 de enero del presente año han contabilizado 30 robos. De estos golpes, 18 se perpetraron en viviendas, en comercios y en naves industriales de la localidad y otros ocho no llegaron a consumarse, pero se saldaron con «reventones» de puertas o paredes. A ellos habría que sumar el robo de tres coches que luego incendiaron a las afueras del pueblo y el de un cuarto vehículo que, si bien no calcinaron, sí lo dejaron para mandar al chatarrero porque estaba «reventado».

Ante esta situación, el regidor de Épila indicó que todos los ayuntamiento de la Comarca de Valdejalón están citados este jueves a una reunión con la Delegación del Gobierno para trasladar sus «preocupaciones» y plantear soluciones. A nivel vecinal, el presidente de la entidad, José Alfredó Polo, expresó su satisfacción por la recuperación del horario de oficina de la Guardia Civil «para recoger denuncias y trámites legales» y, al igual que hiciera el alcalde, también reiteró que centrarán sus esfuerzos en que «se cubran» al completo las vacantes del acuartelamiento de la localidad.

Precisamente, la asociación de vecinos convocó el pasado jueves una reunión informativa para analizar la situación a la que tiene que hacer frente el municipio. Pero tampoco andan mucho mejor en otras localidades próximas. A doce kilómetros de distancia, Calatorao también ha sufrido una oleada de robos en viviendas habitadas desde que, a finales de noviembre, estos delincuentes asaltaran tres unifamiliares y adosados en un solo día. A mediados de diciembre, volvieron a hacer de las suyas al robar en dos casas contiguas. No muy lejos de allí, en Muel, una banda de encapuchados atracaba con hachas y bates una cafetería de un área de servicio.

Algunas entidades como la Asociación Unificadas de Guardias Civiles (AUGC) ya ha denunciado públicamente la situación que sufre la Guardia Civil en la comunidad aragonesa. En total, hay 316 vacantes sin cubrir del Instituto Armado a tenor de las 171 que se contabilizan en la provincia de Teruel –102 del concurso de destino no se completarán «hasta junio»–, las 79 de Huesca y las 66 de Zaragoza.

Suscríbete para seguir leyendo