SUCESOS EN ARAGÓN

El hombre que le robó un perro a la Policía en Zaragoza ya hizo lo mismo con un can de las Fuerzas Armadas

Fue hace diez años y suma una treintena larga de antecedentes, varios de ellos por maltrato animal

Solo dos días después de llevarse al perro policía, sustrajo otro que luego apareció arrollado en la A-2

Estos dos últimos golpes los protagonizó dos semanas después de salir de la cárcel

Detenido por robar un perro policía de Zaragoza

Zorro, el pastor belga mailnois que fue robado de una residencia canina y al que se logró poner a salvo el jueves pasado.

Zorro, el pastor belga mailnois que fue robado de una residencia canina y al que se logró poner a salvo el jueves pasado. / POLICÍA NACIONAL

El Cuerpo Nacional de Policía detuvo el pasado jueves a un zaragozano –J. L. G. N. (España, 1985)– por, supuestamente, robar el 8 de enero un pastor belga malinois de nombre Zorro perteneciente a la unidad de Guías Caninos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, este mismo individuo se llevó solo dos días después un segundo can que, a los días, apareció muerto en la A-2 al ser arrollado por un vehículo. Sendos golpes los protagonizó dos semanas después de salir de la cárcel y es que su currículum delictivo suma una treintena larga de antecedentes, también por maltrato animal, porque hace diez años ya robó un perro de las Fuerzas Armadas de Zaragoza.

Todo ello fue valorado por el juez del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza para decretar el ingreso en prisión de J. L. G. N. cuando prestó declaración judicial el pasado sábado. Lo hizo en calidad de autor de un delito continuado de maltrato animal porque los agentes encontraron al perro en avanzado estado de desnutrición –se calcula que perdió más de un 20% de su peso desde su sustracción– y con heridas incisas como consecuencia de haberle retirado el chip.

La primera de las sustracciones se remonta a la madrugada del 8 de enero, cuando el detenido accedió a una residencia canina forzando la cerradura para llevarse a Zorro, que se encontraba con otros perros en la citada estancia. A partir de ese momento se encendieron todas las alarmas para los investigadores tras la interposición de la correspondiente denuncia ante la comisaría del Arrabal.

Pero la sorpresa fue mayúscula para los agentes cuando, días después, se incoaba una segunda denuncia en las mismas dependencias policiales por un episodio similar en el que se ponía de manifiesto el robo de un perro en otra residencia canina. En este caso era Mamba, un galgo que luego apareció muerto en la A-2 al ser arrollado por un vehículo. Con todos estos detalles encima de la mesa, los investigadores comenzaron a centrar sus sospechas en torno a este individuo hasta que le detuvieron el 25 de enero. Lo hicieron una vez comprobaron, por un lado, que su currículum delictivo contabilizaba varios antecedentes por maltrato animal –hace diez años ya robó un perro de las Fuerzas Armadas en Zaragoza– y, por otro lado, que había salido de la cárcel dos semanas antes de protagonizar sendos golpes.

Antes de volver a la vida entre rejas, desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón coordinaron un dispositivo en el que participaron agentes de la comisaría del Arrabal, efectivos de la Brigada Provincial de Policía Judicial, la Unidad de Guías Caninos y miembros del Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES). Esperaron a que abandonara su domicilio ubicado en el zaragozano barrio de Las Fuentes para sorprenderle cuando se disponía a pasear a Zorro. Finalmente, lograron engrilletarle y llevarle al calabozo al mismo tiempo que ponían a salvo al animal, pese a que en ese primer reconocimiento ya se percataron de que presentaba varios signos de maltrato. Luego certificaron su estado de desnutrición y ciertas heridas que le infligió al arrebatarle el chip. 

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