Mientras escribía 2666, Roberto Bolaño tenía en la mesa de trabajo un gráfico en el que por medio de flechas, intersecciones y caminitos, se vinculaban los distintos y muy variados personajes de esa novela de destinos entrecruzados que, al igual que Los detectives salvajes, es, sobre todas las cosas, un fascinante laberinto. Para la lectura de la inacabada Los sinsabores del verdadero policía (Anagrama), segunda exhumación del legado Bolaño tras la sorpresiva aparición de El tercer Reich, el pasado año, al lector habitual del malogrado escritor chileno también le haría falta un gráfico iluminador para evitar, entre otras cosas, el dejà vu.

Porque en Los sinsabores... hay ecos y referencias directas, a veces párrafos idénticos, a Estrella distante, Llamadas telefónicas, Los detectives salvajes y 2666, es decir los libros que fueron saliendo de su prodigiosa cabeza en los mejores años de su producción, la que va de mediados de los 80 a su muerte en el 2003. Exactamente los mismos años en los que también escribió Los sinsabores..., que en muchos sentidos constituye una especie de cara B truncada de esos libros y muy especialmente de 2666.

Óscar Amalfitano, personaje de aquel libro torrencial, chileno que ha recorrido medio mundo y se ha instalado con su hija Rosa en Santa Teresa (trasunto de Ciudad Juárez) y su relación homosexual en la distancia con Padilla, su antiguo alumno, forman la posible médula del libro.

PRODIGIOSO LIBRO El nuevo y prodigioso bolaño viene acompañado de un prólogo del crítico Tono Masoliver Ródenas y de una nota editorial en la que la viuda del escritor, Carolina López, explica los criterios de una edición que no ha debido ser fácil, de ahí la necesidad de su contextualización, a diferencia de lo que ocurrió con El tercer Reich, novela concluida. Las explicaciones a la ordenación no pueden ser más laberínticas ya que los textos originales del legado se despliegan en mecanoscritos, textos encontrados en el ordenador y textos impresos pero sin referente en el disco duro informático.

En toda publicación póstuma en la que el autor no ha dejado precisadas las instrucciones de edición siempre afloran las dudas. Y en este caso no son pocas. ¿Es Los sinsabores... la novela que Roberto Bolaño quiso publicar? ¿Están ordenadas sus partes del modo que hubiera querido el autor? O más radicalmente. ¿Es Los sinsabores... una novela ?

¿O bien, una reunión de textos deslumbrantes, un magma literario del que se sirvió para elaborar sus otros libros? "Creo que el libro no se debe presentar como una novela y no entiendo por qué se ha decidido hacerlo así. No hubiera sido un pecado ni una deslealtad decir que sencillamente es una colección de textos. Habrá que esperar a que en el futuro se haga un edición crítica", asegura el poeta Bruno Montané . El inspirador de Felipe Müller, personaje, de Los detectives salvajes, no se muestra convencido de la total autonomía literaria de la obra: "La quinta parte de Los sinsabores..., Asesinos de Sonora, es una suerte de adelanto de La parte de los crímenes de 2666".

Es difícil datar exactamente el origen de Los sinsabores..., sus amigos más cercanos y antiguos, el escritor A. G. Porta y Montané, aseguran que ese título aparecía muy a menudo en sus conversaciones con el autor. "Para mí es un título muy bolañiano --asegura Montané--. No solo porque él lo mencionó durante años sino porque en cierta forma funciona como una imagen de Los detectives salvajes, pero por el camino es fácil que se transformara. Como cuando en un fragmento de Amuleto menciona la fecha de 2666 y, quizá, se da cuenta de que tiene el título de su gran novela".

¿Qué hubiera hecho Bolaño finalmente con esta "novela muy revisada", según Carolina López? Porta no tiene dudas. "Aunque tengas muy claro como vas a acabar una novela, todo libro se transforma mientras se escribe. Y esa transformación no solo afecta a la obra en sí, sino que también a todas las obras emparentadas con ella. Yo estoy convencido de que Roberto hubiera transformado ese material de haber tenido tiempo y el resultado final hubiera presentado muchas más diferencias con respecto a 2666".