El Festival Internacional de Cine de Mequinenza, que va a celebrarse el próximo fin de semana -entre el 2 y 4 de septiembre- en la localidad zaragozana, ha desvelado esta mañana sus detalles en la Diputación Provincial de Zaragoza. En el acto han participado Pilar Mustieles, diputada provincial de Igualdad de la DPZ; Antonio Sanjuán, alcalde de Mequinenza; y Javier Rodes, director del Festival Internacional de Cine de Mequinenza.

Pilar Mustieles, como introductora de la presentación del festival, ha querido ensalzar la trascendencia de este evento durante sus ediciones, siendo la última de ellas más relevante, donde se batieron los récords de participación y, de este modo, Mequinenza se vuelve a situar en el mapa cinematográfico y cultural.

Antonio Sanjuán, el alcalde de la localidad, ha valorado positivamente este evento, porque es una “propuesta cultural que nace del talento local” que, además, sirve para reforzar la oferta cultural local durante el verano. Además, Sanjuan ha señalado que pone de manifiesto la “vitalidad del medio rural” y reivindica a los ciudadanos “ofrecer actividades y servicios” para que exista una mayor cabida del ámbito audiovisual.

El agua como leitmotiv

El agua, como señala Sanjuán, es el leitmotiv que destaca en las proyecciones que se verán en Mequinenza. “El Ebro, el Segre y el Cinca confluyen entre sí para albergar una de las mayores confluencias fluviales en Europa”, comenta Sanjuan, que da más visibilidad al municipio aragonés como un sello de identidad junto a los embalses de Mequinenza y Ribarroja. Además, también es un elemento importante que ha dado, a su vez, “vida y muerte, un ciclo que nunca se acaba”. Sanjuan añade que “la navegabilidad del Ebro dio esa vida”, pero la construcción de los embalses “propició esa muerte que conllevó el traslado a otro terreno”. En definitiva, un ciclo que no parece tener final, ya que el agua “supone una oportunidad para realizar otras actividades”, indica Sanjuán.

Javier Rodes, en calidad como director del festival, valora que el evento es “una confluencia entre directores, cineastas, actores, equipos de producción y el público” que dé la visibilidad necesaria hacia el mundo rural y que puede pasar desapercibido. Esta edición se plantea como un festival diverso con numerosos géneros a cubrir (animación, ficción y documental) con el agua como hilo conductor en estas producciones.

También, como recalca Rodes, la sección Panorama Aragonés se presenta para “atraer el talento de la tierra”, donde se abordan los diferentes géneros citados con cinco obras locales entre las 22 finalmente seleccionadas, para mantener ese vinculo con Aragón.

Más de 4.000 cortometrajes presentados

La importancia de este festival es progresiva, hasta el punto de que se han presentado 4.118 cortos de 129 países diferentes, con una criba final de 22 desde 15 países, que tienen el hilo conductor del agua entre los géneros de animación, ficción y documental y tratar con gran percepción la confluencia de los diferentes ríos (Ebro, Segre y Cinca) que bañan estas tierras aragonesas, remarcando este contexto geográfico y cultural. Estos competirán por el premio final con el Silucam (homenaje a Mequinenza) a mejor ficción, mejor documental, mejor animación, mejor cortometraje aragonés y premio del público Antonio Blas, dotados con 200 euros en metálico cada uno de ellos.

Este festival, que cumple este año su séptima edición, discurrirá entre los próximos 2 y 4 de septiembre y las proyecciones se realizarán en la sala Goya de Mequinenza, que alberga alrededor de 300 butacas para los asistentes a esta velada que se augura tan exitosa como la edición anterior.