NOVEDAD EDITORIAL

'Casa de nadie', dos prostitutas y un joven argentino en busca de su lugar en el mundo

El libro de Laureano Debat refleja la peculiaridad de un hogar que sale a flote por el sexo

El escritor argentino afincado en Zaragoza, Laureano Debat, antes de la entrevista.

El escritor argentino afincado en Zaragoza, Laureano Debat, antes de la entrevista. / Jaime Galindo

Sergio H. Valgañón

Sergio H. Valgañón

La ciudad de Lobería, en Argentina, se encuentra a 10.781 kilómetros de Barcelona. Ese recorrido hizo Laureano Debat hace más de una década para aprender a contar historias en un máster de creación literaria. La mejor narración iba a comenzar en su piso: compartiría casa durante casi un año con dos prostitutas chilenas, Sonia y Jimena, que eran madre e hija.

Debat contactó con ellas a través de un conocido en común y su vida cambió. «No pregunté a qué se dedicaban, pero era extraño que las dos trabajaran en casa, cuando el teletrabajo casi no existía», reflexiona el autor, que recuerda que la pulsión por contar la historia nació más tarde: «Lo primero que pensé, cuando me enteré de que eran prostitutas, fue que quería vivir esa historia, luego ya la contaría».

Más de diez años después, «tiempo en el que la pude desnaturalizar, alejarme un poco y saber que no es algo usual», Debat presenta una novela que se mueve entre la biografía, la no ficción y el periodismo que tanto practica. «Digo que es casi gonzo, porque para ser completo tendría que haberme acostado con ellas», bromea el narrador argentino, que diferencia Casa de nadie de sus reportajes porque «esta historia cae en mis manos, mientras que en el periodismo tienes que ir a buscar esa historia».

Explorar en su pasado

El tiempo entre las vivencias y la escritura también le sirvió para documentarse, leyendo muchas novelas relacionadas con la prostitución y numerosos trabajos académicos. «Pese a la documentación, todo lo contado ha sido explicado por ellas», ratifica Debat, que se atrevió a explorar en su pasado «porque no quería quedarme solo con los nueve meses en los que vivimos juntos».

"El olor es fundamental en el sexo y en la novela se nota, porque la casa no huele a nada"

Entre las bambalinas de esa casa sin dueño, Debat deja ver algunos secretos de esta misteriosa profesión e invita a reflexionar sobre la importancia de los sentidos. «El olor es fundamental en el sexo y en la novela se nota, porque la casa no huele a nada», relata el escritor, afincado ahora en Zaragoza, que recuerda como «esa casa era un lugar de trabajo, porque no había ningún adorno y todas las paredes eran blancas».

Ha perdido el contacto con ellas, «solo hablamos un par de veces por internet para confirmar algunas cosas que no recordaba bien», pero sigue guardándoles un cariño que es mutuo: «Les gustó que fuera a dedicarles un libro y les pareció bien que su historia saliese al resto del mundo».

Esa cercanía que Debat mantiene todavía, desde la distancia que separa Zaragoza de Chile, país al que volvieron años después Sonia y Jimena, es la que quiere transmitir a sus lectores. «Quiero que el lector se fascine con ellas tanto como yo lo hice mientras viví en esa casa», confirma Debat, que considera «el mayor pecado de un escritor» que el lector pase sin sentir por sus páginas: «No les pueden parecer indiferentes, quiero que sientan algo intenso por ellas». 

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