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Crítica de 'Aristóteles', de Carlos Herrero: Amor en conserva

La novela está ambientada en el mundo de hoy, y parodia y realismo se dan la mano

Carlos Herrero en una imagen de su Instagram con su libro.

Carlos Herrero en una imagen de su Instagram con su libro. / INSTAGRAM

Javier Lahoz

En un principio yo no tenía más referencias que las que me ofrecían la portada y la sinopsis de la contraportada. Y la editorial, claro, pues Blackie Books siempre presenta títulos en los que cabe fijarse con detenimiento porque muchos de los que forman parte de su catálogo van a permanecer en el futuro convertidos en clásicos. Una vez más, la intuición no me ha fallado. Conocer al joven enamoradizo que ejerce de personaje principal de esta novela ha sido una experiencia fresca y divertida. El título es escueto y fácil de recordar, un nombre sin apellido, una sola palabra: 'Aristóteles', que por cierto nada tiene que ver con el filósofo nacido en Estagira. Está ambientada en el mundo de hoy, y parodia y realismo se dan la mano. La mirada de este chico es ácida y lúcida, espontánea, logrando que no falte detalle en el caos del que a menudo se rodea y al que se aferra para que sus desventuras provoquen abundantes sonrisas.

Aristóteles es contradictorio, por su mente pasan los pensamientos más descabellados mientras asiste a las clases de unos estudios universitarios que le interesan pero en cuyas clases no termina de concentrarse. El entorno le agota y le obliga a estar alerta. Una constante en su personalidad es la de observar y analizar lo que ocurre a su alrededor, lo que los demás piensan o lo que parece que piensan. O, en todo caso, las verdaderas intenciones que se esconden tras un protocolo o código de conducta que cuesta identificar. Quizás sea la edad, quizás la suspicacia, quizás el dramatismo del que le gusta impregnarse, pero convive con la sospecha y con las dudas. Su madre es fuente inspiradora, y no es para menos, dado que podrían estar hechos tal para cual. Los retratos de este autor son mordaces, parece reírse de todo y de todos y luego resulta que sufre por todo y por todos. Paradojas. Paradojas bien contadas, un recorrido por los vaivenes emocionales que ofrecen expectativas y desencantos a partes iguales.

Diálogos cortos e hilarantes

Los diálogos, cortos e hilarantes, son una fiesta de luz y color. A menudo los entabla con sus íntimas amigas, compañías que a veces quitan hierro a sus preocupaciones y que en otras ocasiones le obligan a cuestionarse. También tiene momentos de confusión con su novio, para el que no encuentra frase con la que explicarle que en lo sentimental se halla en otra fase. El futuro le aterra porque apesta a monotonía. Ha puesto la mirada en otro chico, y toca ganárselo a costa de lo que sea. Aristóteles es insistente porque la insatisfacción le puede. Y ahí continúa, buscando en el día a día la salida de los atolladeros en los que se mete con facilidad pasmosa. Son frecuentes las referencias a la música, la literatura y el cine, iconos con los que caben odiosas comparaciones, que es lo que suele pasar cuando se recurre a la idealización. Aristóteles es un chico inquieto que busca su lugar en el mundo dentro de su propio universo.

Para el autor, Carlos Herrero, esta novela supone su debut literario. Y a pesar de su juventud, su desenvoltura a la hora de escribir es ya un hecho demostrado. Ha sido capaz de construir una narrativa cercana por la que el lector se desliza, disfrutando del paisaje que le es presentado delante de sus ojos, y que le ayuda a implicarse y a reconocerse en sus páginas. Salta de una idea a otra con una habilidad pasmosa, y describe comportamientos con la naturalidad de quien lo comparte con cualquier amigo en la terraza de una cafetería ante la mirada de los demás. La tarea de lograr que parezca sencillo lo complejo es increíblemente ardua, y más aún cuando la trama gira en torno a las relaciones humanas y a sus recovecos.

Vivos que parecen muertos

Agilidad y emoción sin paréntesis en capítulos que prometen continuidad porque generan la ansiedad de querer saber. No hay mejor resultado que el de la irrupción de risas a mansalva, que nacen de esa fina ironía con la que el artífice de esta historia se atreve a renegar de determinados convencionalismos e incluso a darles la vuelta para sacarlos de ese letargo que los mantiene a oscuras. Risas necesarias, pues excepcional es la novela publicada que se aleja del misterio, de la negrura y de la sordidez. Aquí no hay muertos. Hay vivos que lo parecen. Pero de momento respiran. Seguro que el autor es un gran observador y un gran escuchador. Sabe por dónde transitan las verdades y las mentiras, y cómo identificarlas. Por ello se permite jugar con ambas. 

‘ARISTÓTELES’     

Carlos Herrero        

Blackie Books

176 páginas

18,90 euros