LIBROS

Lina Meruane (presenta 'Avidez' en Zaragoza): "Estar vivo es estar en constante necesidad y deseo"

La chilena participa este martes con su novela ‘Avidez’ en el Club de lectura feminista de la universidad

La escritora chilena Lina Meruane visita esta tarde Zaragoza.

La escritora chilena Lina Meruane visita esta tarde Zaragoza. / MARIANA GARAY

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

El título del libro suele ser un buen indicador de por dónde va el contenido. Más en este caso donde, a pesar de ser un libro de cuentos, todos ellos tienen un tema en común, la 'Avidez'. ¿Pero por qué? Eso ya no parece tan sencillo de saber según cuenta con naturalidad la propia Lina Meruane, autora de este volumen que edita Páginas de Espuma y que este martes protagoniza el Club de lectura feminista de la Universidad de Zaragoza en el Paraninfo (19.30 horas): "A pesar de que el libro es mío, para mí fue una sorpresa encontrarme al compilar 30 años de cuentos que había un tema común", explica, aunque aclara: "Abarca un arco grande, que va desde lo más material, más concreto como el hambre y el deseo de satisfacerlo hasta cuestiones más funcionales incluso rozando el erotismo algo perturbado. Lo que me cuesta entender como autora es de dónde viene esa reiteración porque claramente estos cuentos son ficción, no tienen nada que ver con lo autobiográfico y muchos salen de una noticia de periódico".

Todos, asevera, "entroncan con la problemática del comer, con el desear. Claramente hay un elemento que está dando vueltas que tiene que ver con ese deseo insatisfecho y tal vez la pregunta que tendría que hacerme cuál es el sentido de esto. Y una de las posibles respuestas es que para las mujeres latinoamericanas, escritoras, siempre ha habido un situarse en un margen, una especie de incompletitud, un deseo no satisfecho que reaparece en los cuentos como una gran metáfora pero igual también tiene que ver con la conciencia de la pobreza, de la necesidad… Una conciencia que nos atraviesa en Latinoamérica".

"Estar vivo es estar en constante deseo"

'Avidez' presenta trece cuentos que, en el fondo, explican de una forma especial el mundo: "Estar vivo es también estar en constante necesidad y deseo. Hay algo muy de vivir en esto, el hambre, la necesidad o la pulsión son energías muy fuertes que nos mueven hacia delante y nos constituyen como seres humanos", afirma la escritora chilena nacida en 1973, justo el año del golpe de Estado de Augusto Pinochet. ¿Quizá de ahí viene la violencia que atraviesa el libro como una pulsión? "Vengo de un contexto de mucha violencia que fue la dictadura. Entonces hay una constante de violencia en mis años de formación y lo que yo descubro en esos años de violencia es que no es solamente una violencia física, de tortura, asesinato, desaparición, esa violencia tan clara y material; sino que también hay una violencia económica que es la de las políticas económicas que generan hambre. Y, además, como mujer está la violencia sexual de la que todas hemos sido víctimas. Lo que yo entiendo a lo largo de mi vida es que la violencia se materializa sobre el cuerpo siempre. El libro refleja en alguna medida unas experiencias vividas por el cuerpo. Es cierto que elude la más evidente, la violencia de la dictadura, para trabajar cuestiones más subjetivas y también otros contextos de violencia y de necesidad".

Los relatos cortos que la chilena despliega en este volumen encuentran una unidad formal, que va más allá de la 'Avidez': "Lo que yo hice primero es releer mis cuentos y, obviamente, en 30 años había olvidado de qué iban el estilo, el ritmo… tenía una idea muy vaga. Cuando los leí, los seleccioné con el tema que había encontrado común. Pero no me interesaba solo compilar cuentos ni hacerlo cronológicamente sino que me interesaba compilarlos temáticamente y la manera que lo organicé más o menos es un poco acotando los tiempos, las edades de los protagonistas de los relatos. Si te das cuenta empiezan más temprano en la infancia y luego se van moviendo hacia la adultez. Hay una especie de crecimiento de los personajes y lo hice así porque me di cuenta que estas hambres y pulsiones que habitan en el recorrido del libro van cambiando con la edad. En la infancia tienen que ver más con el rechazo a la comida, con la necesidad de ella, con la relación con la madre y luego se va moviendo hacia situaciones más adultos. A medida que los personajes crecen su relación con los otros también cambia", reflexiona en voz alta.

Obra desasosegante

Y con la edad crece el desasosiego, el suyo, y el que provoca en los lectores: "Me dicen muchos lectores lo desasosegante que pueden resultar estos cuentos. Yo no tengo plena consciencia de que lo genero, lo bonito de escribir ficción es que yo voy detrás de los personajes, los echo a andar, hacen lo que hacen y van a lo que van. Entiendo que el resultado es desasosegante y yo tiendo a crear mundos así, pero bueno no es algo que me proponga, no funciono así. Pero también pienso que hay ciertos placeres oscuros que también se van desatando en estos relatos".

Lina Meruane cumple este año medio siglo de vida volcada en la profesión de escribir así que la pregunta parece obligada, ¿para qué escribe? "Mira, la pregunta debería hacerme yo es si podría no escribir. Y la respuesta es no, es algo que necesito hacer, me sale muy naturalmente y cuando no estoy escribiendo sobre la página o sobre la pantalla mi cabeza está tramando alguna historia. Escribir para mí es respirar pero te aclaro también que yo nunca pienso en la escritura como una terapia o un desahogo porque, de hecho, los cuentos terminan siendo desasosegantes, no tienen final feliz. No son cuentos que a mí me alivien de ninguna preocupación, lo que hacen es exhibir toda una complejidad e incertidumbre y no se cierran de manera tranquilizadora. La escritura para mí no es una terapia o una cura, eso para mí no es la literatura", concluye la escritora.