Entrevista

Sole Giménez: "A lo mejor la que sobraba en Presuntos Implicados era yo"

La cantante ha publicado recientemente el libro-disco '¡Celebración!', en el que recorre sus 40 años de trayectoria desde los inicios con Presuntos Implicados

Sole Giménez actúa este viernes en el Palau de la Música.

Sole Giménez actúa este viernes en el Palau de la Música. / NACHO FRAILE

Jordi Bianciotto

Este es su primer disco en directo en solitario, y tan solo el segundo en toda su trayectoria (tras 'La noche', que grabó con Presuntos Implicados en 1995). ¿Tiene reservas hacia los álbumes 'live'?

No, en absoluto, porque yo creo que tengo mejores directos casi que discos, según me dice todo el mundo. Pero es muy costoso hacer un disco en vivo. Desde hace bastantes años, yo costeo mi carrera y es un proyecto que requiere más que otros. 

Comenzó con Presuntos Implicados en 1983. En Valencia entonces crecía el interés por el synth-pop, el sonido gótico, el after-punk…, y ustedes van y proponen una música sofisticada con acentos negros, de soul y funk. 

Me gustaban mucho las voces afroamericanas, como Stevie Wonder, también Chet Baker, que era blanquito. Sí, en aquella época en toda España la influencia era más europea y nosotros íbamos un poco a contracorriente. Pero yo siempre he pensado que, si algo a mí me gustaba, pues a lo mejor a alguien más le gustaba, ¿no?

Dejó Presuntos en 2006. ¿Pensaba entonces en dejar la música?

Mi profesión, en ese momento, pasó a un segundo plano. Mi intención era salir de una situación muy difícil para mí y dar el paso, salir de ahí y luego ya veríamos qué hacíamos. Aquel ámbito estaba resultando para mí muy complicado para vivir. 

Hablamos de las relaciones con los otros dos miembros del grupo, su hermano Juan Luis y Nacho Mañó.

Éramos cuatro.

Incluye al mánager, Vicente Mañó. Dos parejas de hermanos, de hecho.

Exacto. Creo que poca gente lo sabe, pero sí, sí. Y también es importante pensar que eran tres hombres y una chica. 

¿Se sentía en minoría? ¿Tomaban ellos las grandes decisiones?

En minoría siempre, es obvio. Pero no, no, esa sensación no la tenía. Sí que es verdad que las mujeres vemos la vida de otra manera. O somos más sensibles, o más emocionales, y cuando estás trabajando solo con chicos, y todos a mi alrededor lo eran, llega un momento en que te sientes bastante sola.

En Presuntos había un concepto claro y varios autores. ¿Cómo decidió la línea que iba a seguir en solitario?

No vi una línea, vi canciones. Pedí a varios autores que conocía que me mandaran temas, y yo compuse también varios. Tuve la ayuda de Javier Limón y de la banda con la que empecé a trabajar. Con varios de ellos sigo trabajando. Me gustaba la idea de investigar en estilos y repertorios: españoles, latinos, franceses... Teniendo la posibilidad de dar vida a canciones tan hermosas, ¿por qué no hacerlo? Era como entrar en una bombonería y no podía decir “no puedo probarlos porque soy autora”. ¡No me podía resistir!

Y pasó de compartir foco con los otros integrantes de un grupo a centrar todas las miradas y llevar todo el peso de su carrera.

Es un peso que a veces resulta agobiante, pero es parte de tener la libertad. Tienes que ser consecuente y seguir adelante con alegría. Si esto es lo que me toca, pues me toca.

¿Le hirió que Presuntos siguieran con otra cantante (Lydia)?

No seguí sus pasos porque me pareció que tenía que respetar su decisión, ella no tenía nada que ver y ni siquiera sé si cantaban canciones mías. Me imagino que sí. Me pareció un poco antinatural, pero era lógico por la idea que ellos tenían. A lo mejor, la que sobraba era yo.

En su música hay un mimo instrumental, un lujo incluso. ¿Le incomodan esas producciones actuales hechas con ordenadores?

Todo trabajo necesita mimo. A mí, creo que no me vale cualquier cosa. Pero ni siquiera fregando platos. Y sí que detecto que a lo que ahora más se escucha le falta mucha elegancia. Hay una falta de elegancia y de profundidad. Sting dice que ahora a las canciones les falta el puente, que es lo que abre la armonía y hace que la canción cambie. Falta profundidad en los textos y en las melodías. ¡Apenas hay melodías! Hay un ritmo que no cambia. Y no olvidemos que todo esto empieza siendo un algoritmo. El algoritmo elige esta música tan básica y simple. ¡Es así en todo! Leía el artículo de un filósofo que decía que nos estamos haciendo más estúpidos, con pensamientos simples, básicos y también radicales, que hacen que nos extrememos. Se nos está yendo el algoritmo de las manos. 

Interpretará abundante material de Presuntos Implicados. Ha dicho más de una vez que el grupo no volverá, pero seguro que les han hecho ofertas. 

Yo no. Supongo que saben que no estoy abierta a esa posibilidad y me parece que debo ser coherente. A mí me ha costado muchísimo seguir en la música. Entonces, para mí no tendría sentido. Y algo así, si se hace por razones económicas, me parece triste, sinceramente. Yo ahora miro hacia atrás y me digo que hicimos cosas muy bonitas. Lamento que acabáramos mal, sigo sin entender muy bien por qué, pero esta revisión que he hecho me ha llenado de alegría y me quedo con lo bueno.