RESEÑA LITERARIA
Crítica de 'Familias raras': Tríptico de relaciones entre padres e hijos
Pese a que el título habla de familias raras, quizá le conviniera más el calificativo de “difíciles”, o “problemáticas”, con unos personajes que han de enfrentarse a situaciones cuya resolución no alcanzan
Miguel Ángel Ordovás
La colección Letras del Año Nuevo, con la que ya tradicionalmente el Instituto de Estudios Altoaragoneses celebra el comienzo del año, combina bien con el estilo de Mariano Gistaín, autor de los tres relatos que bajo el título 'Familias raras' conforman el volumen correspondiente a este 2024. Son libros de pequeño formato, “que puedan llevarse a cualquier parte, y que inviten a la relectura”, aunque quizá esta vez la reducción haya sido físicamente excesiva. De cualquier forma, en este formato se integra perfectamente la escritura de Gistaín, que pese a haber publicado alguna novela es autor sobre todo de distancias cortas, más velocista que corredor de fondo.
Los relatos aquí recogidos forman un tríptico dentro del marco familiar esencializado en su expresión más básica: la relación de padres e hijos. Pese a que el título habla de familias raras, quizá le conviniera más el calificativo de “difíciles”, o “problemáticas”, con unos personajes que han de enfrentarse a situaciones cuya resolución no alcanzan. El tono en apariencia ligero de las narraciones camufla una angustia existencial del cuestionamiento de la realidad y en consecuencia de la identidad, temas a los que el autor ya se ha aproximado en otras ocasiones.
Nuevas tecnologías
También es muy de Gistaín la introducción de las nuevas tecnologías, aunque en esta ocasión va desde el acercamiento a los avatares digitales del primero de los relatos a la problemática mucho más analógica de un teléfono fijo en el segundo, cuyo desarrollo le permite deslizar esta frase a la vez paradójica e iluminadora: “¿Cómo puede ser que un número no exista?”.
No falta tampoco el sentido del humor del barbastrense que hace que los relatos entronquen con un costumbrismo satírico que pincha pero no llega a hacer sangre, como en una película española en blanco y negro, y que hace que en los rápidos diálogos que animan los tres relatos pueda imaginarse a Pepe Isbert y Julia Caba Alba dando voz y corporeizando a esos padres que a veces miran sin acabar de comprender a su familia rara.
'FAMILIAS RARAS'
Mariano Gistaín
Instituto de Estudios Altoaragoneses
57 páginas
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