La selección española de balonmano tratará de alcanzar hoy (18.30 horas) su cuarta final del Campeonato de Europa, en una semifinal en la que el conjunto español no podrá permitirse repetir ninguna de las dudas que ha dejado durante su trayectoria en la competición. Máxime cuando enfrente se encontrará con una selección francesa, una de las tradicionales bestias negras del equipo español, que parece haber recuperado, tras el fiasco del pasado año en el Mundial de España, la solidez que le convirtió en el gran dominador del balonmano mundial.

Todo lo contrario que España, que salvo por momentos puntuales, en especial en el encuentro ante Dinamarca, no ha alcanzado la excelencia que le permitió ceñirse el pasado año su segunda corona mundial en Barcelona. "Francia se ha mostrado hasta el momento un poquito más sólida que nosotros, pero tenemos nuestras opciones y, en ese sentido, quizá nos venga bien no haber alcanzado nuestro mejor momento, porque queremos alcanzarlo ahora, que es cuando más se necesita", señaló el seleccionador del combinado español Manolo Cadenas.

Y es que el conjunto español ha mostrado su mejor cara en este Europeo cuando se ha enfrentado a los rivales mas exigentes, hecho que habla del espíritu competitivo de una selección que, como siempre destaca Cadenas, "más se crece" cuando más exigente es el reto. España deberá mejorar la defensa, como advirtió el técnico español, y ser más solidaria que nunca para evitar el juego uno contra uno en el que sobresalen las estrellas francesas, encabezadas por el barcelonista Nikola Karabatic.

"Es clave que nuestra defensa esté preparada para ayudar en todo momento, que posibilite las ayudas entre compañeros, que seamos solidarios, un bloque, porque si queremos jugar como ellos, de manera más individual, Francia está más dotada para ese juego", explicó Cadenas.

Por su parte, España sí contará para este partido con Julen Aginagalde en un encuentro en el que los españoles tratarán de resarcirse de la derrota sufrida ante los galos en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Londres con un gol en el último segundo de Accambray.