El Periódico de Aragón

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LA MONTAÑA EN ARAGÓN

La muga de la identidad

Zona Zero lanza con ‘Contrebandiers’ una carrera por equipos que conecta, a pie y en bicicleta, Sobrarbe con Francia en un recorrido con lazos emocionales entre los puertos

Ocho tramos en dos días que habrá que hacer por relevos entre dos o cuatro participantes por equipo. SERVICIO ESPECIAL

La voz arenosa de Rozalén filtra al llanto la última letra de La Ronda de Boltaña. Esa emoción de La tumba de las golondrinas narra en lágrimas la emigración de aragoneses montañeses a la Dulce Francia. Muchos volvían con una bicicleta. Es una de esas historias escondidas tras las mugas de los puertos del Pirineo, relatos de migración pasajera, de comercio, pastos compartidos, de vagonetas mineras, de troncos para Napoleón, de huidas de Prim guiado por Mosén Bruno, de exilio republicano, espías, de guerrilleros y contrabandistas.

Zona Zero se ha empeñado en mirar a esa frontera invisible con una competición con más recorrido que el deportivo. Quiere recuperar la memoria de estos relatos del estraperlo y afianzar esos lazos «que se han ido perdiendo». La Contrebandiers se bautizará el 1 y 2 de octubre como puente para unir dos tierras, dos idiomas y dos deportes.

Porque se correrá en bici de montaña y en suela de zapatilla, conexión con la que reivindican la convivencia. «No importa cómo transites por los senderos si lo haces con respeto. No podemos limitarlos a un deporte. El conflicto lo genera aquel que no ama el medio y lo siente como propio», espeta Rafa Bergua, presidente de Zona Zero Pirineos. 

El logo de la carrera SERVICIO ESPECIAL

Esta norma de comunidad está inscrita desde su genética en el nacimiento de una prueba que se correrá por equipos. De cuatro o de dos, con posibilidad de ser mixtos, con participantes que se alternarán en relevos las ocho etapas cronometradas, con cuatro tramos para cada disciplina. De Saint-Lary Soulan a Boltaña, para regresar, al día siguiente, de Aínsa al punto de partida. Tella, Lafortunada, Bielsa, Plan y Riomajou serán paso, con algún tránsfer por carretera, hasta sumar 175 kilómetros y 7.500 metros de desnivel.

Las inscripciones van a buen ritmo. No quieren superar los 200 participantes. Aderezarán el ambiente con dos fiestas culturales: con música y gastronomía, con productos del Sobrarbe y de los valles de Aure y Louron, en Plan y en Boltaña.

Desbrozar historias

Zona Zero vuelve a desbrozar caminos. Esta vez de memoria e identidad. «En el siglo XIII existía un acuerdo para tener abierto el puerto de Plan para el intercambio comercial. Aún hay muchos hijos y nietos, con apellidos del Sobrarbe, al otro lado de la frontera», indica Rafael Bergua. Dice que lo más difícil ha sido elegir la ruta, al final cruzarán por Plan y el Puerto Viejo, porque todos los pasos narran crónicas emocionales, recopilaciones que van insertando en la web y que animan a ampliar con aportaciones populares. «Ojalá la gente aporte las experiencias que les contaron sus abuelos, sus madres».

Este proyecto nace inspirado en otra prueba efímera que se corrío en los 90. SERVICIO ESPECIAL

Como la suya propia. Porque esta historia nace de otra. De un adolescente Rafa con su cuadrilla, en el amanecer de los 90, en otra carrera con similar trayecto y naturaleza, efímera, que ha inspirado a esta. «Hicimos un equipo mi primo Óscar Díaz, Antonio Fumanal y Juan Antonio Castán, el de la biblioteca. Antonio era el que iba más fuerte pero el día anterior en el trabajo se accidentó con una puncha y alteramos los relevos. Fuimos los más pequeños los que tuvimos que hacer las etapas más largas», recuerda.

Aquella carrera llevó a las ruedas por asfalto aunque «como el eje del Cinca estaba en obras, a la salida de Labuerda había 200 metros de tierra. El equipo, unos franceses que iban delante de nosotros, pinchó y sus compañeros andaban tomando un café en el bar, así que no le ayudaron. Gracias a eso les cogimos una minutada», sonríe Bergua.

Esa inspiración moldeó esta aventura que han pulido bajo la financiación POCTEFA, proyecto europeo transfronterizo, y la asociación organizativa con Saint Lary Soulan Patou Trail, alianza que quieren hacer perdurar, que no sea fruto de una subvención fugaz. «Al terminar esta abriremos el plazo para la segunda edición que haremos en junio del 2023. Será al revés, de Sobrarbe hacia Francia para luego volver». 

Una idea clara que define el proyecto de Zona Zero, enraizado como vieja carrasca al Sobrarbe, es darle vueltas a una cadena que ruede en pedaladas de progreso sostenible para sus gentes, que ya no tienen que emigrar como golondrinas. Porque la identidad de esas historias alimenta a la pertenencia. Y la pertenencia crea permanencia. «Al final se queda en el territorio quien lo siente propio. Por eso esta carrera nace con espíritu de ser algo más, de identificar esas historias comunes con el otro lado de la frontera», insiste Rafa Bergua. Esa muga que marca de diferencia a este perdido país. 

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