La montaña en Aragón

De vuelta a casa por Belagua

El ascenso al ansotano Paquiza de Linzola desde Larra (Navarra) permite un viaje por la blanca Navidad en medio de un paisaje kárstico con el remate de las cumbres a Linza

La Mesa de los Tres Reyes domina un paisaje hipnótico con las cimas calizas del área de Linza.

La Mesa de los Tres Reyes domina un paisaje hipnótico con las cimas calizas del área de Linza. / Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Irse para volver. Ese es el estribillo del imperio del consumismo que contraataca cada diciembre, cada noviembre, y ya casi cada octubre, en la cada vez más anticipada y menos blanca Navidad. Porque eso haremos hoy. Respetemos el epígrafe que encima de esta tinta dice que esta es la página de la montaña de Aragón para empezar fuera y terminar en casa, en el hogar. Y toda esta voltereta para pisar algo de nieve, esa blanca Navidad, que ha caído esta semana. Vayámonos pues hasta Belagua-Larra en Navarra para alzarnos hacia un espléndido mirador de Linza y más allá: Paquiza de Linzola (2.104 metros).

Empezamos en Mata de Haya, hayedo impresionante que crece alrededor del río Belagua. Aquí encontraremos una zona recreativa y una cafetería en la que se puede comer un estupendo bizcocho de chocolate o alquilar raquetas, una de las herramientas que podemos utilizar en este ascenso, con capacidad para el esquí de travesía con nieve adecuada (comprobar espesores y cota de la cercana estación de fondo en la planificación).

La nieve sobre los pinos es de postal navideña.

La nieve sobre los pinos es de postal navideña. / Sergio Ruiz Antorán

Varias pistas forestales salen de este punto. Seguimos hacia la izquierda a las que apuntan a Lapakiza, en euskera, que coincide en su camino con el Hiru Erregeen Mahaia o Mesa de los Tres Reyes. El hayedo deja paso a una llanura con varias bordas. Pasamos el curso de río en el paraje de Intxa y obviamos la señal que indica el camino hacia Lapakiza, que vemos elevarse imponente delante, con un lomo alargado y circo central.

Adosamos la marcha a la ribera del lecho seco, al que, para evitar un vallado, nos mete el PR NA 203. Este vuelve al hayedo, con árboles más jóvenes, en un ascenso por el barranco de Bitxitoza hacia la sombra de la pared rocosa de Lapazarra. En poco menos de una hora alcanzamos la curiosa Cueva de Antxomorro o del Oso. Seguimos un ascenso paulatino hasta el collado de Larrería, donde encontramos enfrente la pirámide del Arlas. En este punto separamos la marcha circular que nos llevaría al refugio de Belagua y giramos hacia el GR12. Superado un primer nos saluda el Txamantxoia, sencilla ascensión de cara aragonesa y navarrica.

Portal de reyes

Tras un rodeo empalmamos con la ruta habitual que antes hemos obviado y que utilizaremos de regreso por la Peña del Rey. Seguiremos por una ladera inclinada que marca una señal defendida por un alambre de espino. Cambiamos hacia la orientación Este en una pendiente que nos hará virar porque en un principio parece que nos lleve hacia la hondonada central del Paquiza, zona de peligro de aludes. Otro repecho nos deja bajo la vigilancia del pico y unas llanuras que nos depositarán ante la mirada del karts de la Majada de Ukerdi y las grandes cumbres de Linza, identificando Petrechema, Ansebere, Acherito… 

En este tramo ir con calma porque, de haber poca nieve, podemos tropezar con alguna de las trampas escondidas que suponen los agujeros que ha dejado la acción de la erosión kárstica sobre la caliza. Pronto toparemos con el Portal de Larra, divisoria y paso de muchos vascos hacia su soñado techo nacional. En esta minibrecha volvemos a girar hacia el Sur para acometer el último esfuerzo.

Las jóvenes hayas escoltan al montañero.

Las jóvenes hayas escoltan al montañero. / Sergio Ruiz Antorán

Subirse aquí al cordal por un breve pinar para progresar serpenteando hasta las estribaciones de Paquiza, a cuyo final podemos llegar por una diagonal hacia el collado o, más directamente, coronar el primer promontorio para continuar cresteando hasta la cúspide tras haber superado más de 1.100 metros de desnivel. Desde aquí relajarse en la contemplación de una panorámica de 360º, distinguiendo ahora el Anie y el Balaitous, parte del Midi, la Sierra de Alano, la Peña Ezkaurre o, a la espalda, los montes de Erronkalari, Irati, Roncesvalles y hasta los Montes Vascos, además de la llanura marítima de Aquitania.

Para volver, si no se quiere repetir la ida y se hace circular, se pueden recuperar los pasos hasta el penúltimo cruce y retornar por la Peña del Rey y el barranco de Aztaparreta (16 kms y unas siete horas) hasta Mata de Haya, entre un hayedo que desemboca en el cauce del Belagua. También, desde la cima, en modo travesía continuando por todo el cordal entero del Paquiza, peligroso si la nieve está venteada y se crean cornisas, se puede bajar hacia el refugio de Linza por el collado de Aztaparreta.