PERSPECTIVAS 2024

Deportes | De Barbastro a París

Los Juegos Olímpicos marcan un año en el que el Zaragoza volverá a ilusionarse con el ascenso y que se abre con el histórico duelo entre el Barbastro y el Barcelona en la Copa del Rey

Los jugadores de la UD Barbastro celebran su pase en la Copa del Rey.

Los jugadores de la UD Barbastro celebran su pase en la Copa del Rey. / EFE / JAVIER BLASCO

Los Juegos Olímpicos marcan el camino en el mundo del deporte cada cuatro años y así será también en este 2024 que nace mirando hacia París y todas las plazas que quedan por adjudicar para la gran cita. Los deportistas aragoneses, desde Carlos Mayo a Salma Paralluelo pasando por los clásicos como Pablo Abián o Begoña García y las jóvenes realidades como Alba Bautista, con su plaza ya asegurada, y los paralímpicos Teresa Perales, María Delgado, Jorge Cardona y Eduardo Santas serán los grandes nombres a seguir hasta que se apague de nuevo la antorcha el 11 de agosto.

El fútbol marca también el inicio de este 2024 que, en el fin de semana de Reyes, va a vivir uno de los acontecimientos del año, el enfrentamiento de Copa entre el Barbastro y el Barcelona, una fiesta para el club del Somontano. Más allá de eso el año despejará la duda de si el Real Zaragoza podrá alcanzar el playoff, como apunta su presidente Jorge Mas, y volver a pelear por el ansiado regreso a Primera mientras la nueva Romareda va convirtiéndose en una realidad. El cambio de propiedad ha dado otro aire económico al club pero todavía no la estabilidad deportiva necesaria para abandonar esta década en Segunda División y por ahí debería encaminarse el proyecto.

Para el Huesca el primer objetivo debe ser la salvación deportiva y, después, recuperar el orden institucional y económico que tan rápidamente se ha desvanecido en los últimos tiempos. Por su parte, el Tarazona y el Teruel también tendrán que agarrarse con uñas y dientes a la Primera Federación para no perder su puesto en la nueva categoría de bronce del fútbol español.

Pero la ilusión en el deporte aragonés viste de rojo. El color de un Casademont femenino que no ha bajado el nivel después de proclamarse campeón de la Copa de la Reina y que ahora ha ampliado el estado de optimismo también a la máxima competición europea, la Euroliga. El conjunto de Carlos Cantero no parece tener techo y tiene muchos retos por delante para comprobarlo, viajará a Huelva para defender la corona de campeonas, tiene muy cerca la clasificación para los cruces de la Euroliga y está en disposición de pelear por asegurarse el factor cancha en el playoff por el título.

El equipo masculino comienza el año con otro aspecto después de haber acelerado en el mes de diciembre, revirtiendo una situación que amenazaba de nuevo a peligro. Después de varios cursos más abajo que arriba en la ACB, el reto del Casademont es regresar a la zona media de la clasificación para poder pelear por los ocho primeros puestos, además de intentar llegar lo más lejos posible en Europa. Y, como en el caso del Real Zaragoza, recuperar una estabilidad deportiva que tampoco ha tenido en los últimos cursos, cambiando continuamente de entrenador y jugadores.

El resto de clubs de élite afrontan el año de diferente manera. El CH Jaca no quiere bajarse de las alturas a las que está acostumbrado y que ahora ha alcanzado también con su conjunto femenino. El Pamesa Teruel continúa inmerso en su reconstrucción en busca de mantener la competitividad que le convirtió en un club de referencia a nivel nacional. El Bada Huesca ya está consolidado como una entidad referente a todos los niveles, un ejemplo de gestión económica y deportiva. El Alcampo Scorpio 71 también seguirá peleando por mantenerse en la élite tras más de medio siglo de vida. Aragón tiene ante sí el reto de recuperar el pulso de la máxima categoría en un mayor número de deportes, sobre todo de equipo.

2023 fue el año de las mujeres en el deporte, también en el caso de Aragón, con los triunfos del Casademont, CH Jaca o Esneca Fraga además de los nombres propios de Salma Paralluelo, Cristina Ouviña y un largo etcétera, y el 2024 será el momento de comprobar si ese cambio social que también arrastra al deporte (y viceversa) es tan definitivo como parece y la igualdad empieza a ser algo real y no solo soñado.