La inflación escaló en el mes de mayo hasta el 3,4%, siete décimas más que en el mes anterior, y la mayor tasa anual desde marzo del 2003. Lo peor es que tanto el Gobierno --según ha admitido el vicepresidente Pedro Solbes--, como los expertos, prevén que la tasa se situará en un nivel más elevado en los próximos meses. En Aragón, la inflación se sitúa en estos momentos en el 3%, cuatro décimas por debajo del registro nacional.

Según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de precios de consumo (IPC) subió en mayo el 0,6% respecto al mes anterior (el 0,4% en la comunidad), lo que eleva la tasa interanual hasta el 3,4%. La inflación subyacente, que excluye los precios más inestables de los alimentos no elaborados y la energía, subió el 0,4%, y la tasa anual se situó en el 2,7% (frente al 2,4% de abril).

El Gobierno aragonés valoró de forma positiva el dato de la comunidad, ya que es la tercera región con menor inflación, por detrás de Canarias y Extremadura.

El Ejecutivo autónomo cree que los factores determinantes del comportamiento alcista de los precios viene provocado por las fuertes tensiones del precio del petróleo como consecuencia de la incertidumbre del conflicto de Irak y la apreciación del dólar. Así, los precios de los precios de los combustibles y carburantes en Aragón subieron en un 3,5% en mayo, lo que ha repercutido en el transporte, que crece un 1,7%.

Por su parte, UGT Aragón afirma que es necesario "sentar las bases para controlar la inflación", mientras que CCOO Aragón ha pedido al Gobierno un plan de choque urgente que incluya una serie de medidas dirigidas a aquellos sectores que influyen más directamente en el alza de los precios.

TENDENCIA HASTA OTOÑO Tras conocer los datos, los secretarios de Estado de Economía, David Vegara, y de Hacienda y Presupuestos, Miguel Angel Fernández Ordóñez, responsabilizaron al precio del petróleo de más de la mitad del aumento de la inflación y auguraron que esta tendencia seguirá hasta otoño, con lo que el año cerrará en tasas cercanas al 3%, para reducirse a cerca del 2% en el 2005. Por ello, Vegara confió en que los efectos del crudo no se trasladen a la negociación colectiva.