La evolución de los precios del petróleo y las señales de que la economía de EEUU puede estar tirando a un ritmo inferior del esperado acabaron de llevar ayer a las principales bolsas continentales hasta mínimos del año. El Ibex 35 cerró la sesión en 7.632 puntos, con un retroceso del 0,62%, el valor más bajo después de que el pasado 17 de mayo marcará los 7.671 puntos. Aún así, el indicador bursátil se sobrepuso a los 7.599 puntos que llegó a tocar durante la sesión.

La bolsa española no fue diferente al resto de parquets continentales, ya que París y Fráncfort llegaron al peor registro anual, y Londres se acercó, mientras que la incertidumbre sobre el abastecimiento de la demanda de petróleo persiste. El precio del barril de Brent, principal referencia europea, llegó a los 41,65 dólares durante la jornada en el mercado de Londres, mientras que el West Texas, referencia norteamericana, superó los 45 dólares.

MAS INCERTIDUMBRES La interrupción en el bombeo de los pozos petroleros del sur de Irak, debido a los combates que se producen en este país pesaron más que la relativa calma con que la petrolera rusa Yukos --ayer subió casi un 20% en bolsa-- inició la semana. De esta forma, la incertidumbre dio impulso al precio del barril. "La demanda sigue en aumento y la OPEP tiene poca capacidad de maniobra. Cualquier circunstancia que amenace el suministro de crudo se notará en la cotización. Además, los fondos de riesgo vuelven a especular en el mercado", comentó Elena López, consultora especializada en energía de Analistas Financieros Internacionales.

Muchos expertos insisten en que, aunque es difícil determinar el punto de equilibrio entre oferta y demanda, el precio de los futuros del petróleo está muy por encima de lo que le correspondería por su valoración fundamental. "Creemos que debería estar siete u ocho dólares por debajo", señaló Angel Olea, director de inversiones de la sociedad de bolsa Abante.

La renta variable no atiende a ese razonamiento y, además de la marcha de los precios crudo, contabiliza la situación de la economía de Estados Unidos. El enfriamiento del mercado laboral, que en julio creó 32.000 puestos de trabajo, en lugar de los más de 240.000 previstos, puede ser un claro síntoma de desaceleración de la economía. "Menos empleo y menos dinero en los bolsillos de los consumidores, por el encarecimiento del petróleo, puede repercutir negativamente en la demanda. La cotización de las grandes firmas de distribución ya empieza a notarlo", destacó Juan Miguel Picazo, analista de Venture Finanzas.

AUMENTAN LOS INVENTARIOS Los últimos datos sobre inventarios mayoristas en EEUU echan más leña al fuego, y el pasado mes de junio aumentaron un 1,1% como consecuencia del descenso de las ventas logradas, según el Departamento de Comercio.

Con las cifras en la mano, los analistas prevén un menor crecimiento en la primera economía mundial, aunque insisten en que no será dramático: "Las cosas no están mal, el producto interior bruto (PIB) estadounidense puede crecer un 3% en lugar de un 4%", comentó Olea.

Un crecimiento más moderado no implica que la Reserva Federal (Fed) norteamericana modifique su posición con respecto a los tipos de interés, de momento. Existe bastante consenso a cerca de que la autoridad monetaria de EEUU subirá otro cuarto de puntos los tipos en su reunión de hoy y mantendrá la estrategia alcista iniciada el pasado 30 de junio, cuando ya subió el precio del dinero 0,25 puntos básicos.

Otra cosa es si esa política se podrá mantener durante mucho tiempo, dada la actual situación en la que la inflación vuelve a aparecer como una amenaza. Según Pizaco, "podemos encontrarnos con una situación de poco crecimiento e inflación. Esa va a ser la preocupación de los próximos meses."